el Baskonia necesitaba cambiar la imagen ofrecida en Estambul contra el Fenerbahce y en parte lo consiguió. Luchó dentro de sus limitaciones y aguantó las embestidas del Madrid hasta el descanso. Se sabía que la victoria era una quimera debido al potencial madridista. Pero con el equipo de Laso siempre ha existido mucha rivalidad y a pesar de la racha negativa, las gradas del Buesa Arena se llenaron para animar a los jugadores. Nocioni sabía que si el partido iba por los derroteros normales la victoria estaría muy cara. Por eso, intentó por todos los medios desestabilizar al contrario con un trabajo de trincheras, como diría el bueno de Manel Comas. Empujó, provocó faltas en ataque, se tiró al suelo, sacó los codos a pasear, protestó... Pero su propuesta tuvo dos problemas: por un lado, estuvo muy solo en el trabajo de trincheras ya que entre sus compañeros no hay nadie que le siga el juego. Bueno, Diop en un tiempo corto le seguirá los pasos. Ahora todavía es muy joven y su peso específico en el equipo no tiene la trascendencia necesaria para poder cambiar la dinámica de los partidos. El resto, debido a su juventud, bisoñez o carácter tranquilo, no dispone de esas armas para calentar un duelo. Y, por otro lado, que quitando a Mirotic, el resto de jugadores blancos no entró al trapo y se mantuvo impertérrito desarrollando su juego habitual. Otro gallo hubiera cantado si el Chapu hubiera tenido a su lado a un compañero del estilo de Scola. Entonces, estoy seguro que hubieran saltado chispas y el encuentro hubiera tomado otra dirección. Hubo momentos que le noté en la cara la impotencia de luchar él solo contra molinos de viento. Mirotic, desde el primer momento, se picó con el argentino y puede que realizara uno de sus peores partidos de la temporada. Tendrá que aprender de aquí en adelante porque los contrarios analizan todas estas situaciones y si ven que cuando lo calientas su rendimiento baja, pues seguro que irán a buscarle las cosquillas. En cuanto a lo puramente baloncestístico, el Madrid jugó en el primer tiempo con el freno de mano echado, sin hacer mucho alarde de sus virtudes pero demostrando una solvencia que muy pocos equipos tienen. Me viene a la memoria la primera época de Ivanovic en Vitoria, donde la única incógnita de los rivales cuando venían al Buesa era saber de cuánto iba a perder. De ganar ni se discutía. Ahora es la época del Madrid y la pregunta es saber el porcentaje de victorias que va a conseguir a final de temporada o si va a ser capaz de ganar todos los títulos. Todavía hay gente que se pregunta por qué Llull juega tantos minutos con Laso. Evidentemente sus números en ataque ayudaron para que siguiera en pista, pero en otras muchas ocasiones sin tener días tan espectaculares, también tiene la confianza de su entrenador porque ayuda en otras muchas facetas del juego. Junto con Draper y Slaughter son los tres jugadores básicos de la gran defensa madridista. En el Baskonia actual habría que analizar a nivel de potencial en qué lugar está. Es evidente que tanto el Barcelona como el Madrid están dos escalones por encima tanto a nivel presupuestario como a nivel deportivo. Tiene que trabajar para no bajar más y mantenerse al nivel del Valencia y el Unicaja. Para ello, deberá hacer bien los deberes en los despachos y recuperar la esencia del club. A partir de ahora, se enfrentará a equipos como el Valladolid, Cajasol, Joventut o Estudiantes siendo obligatoria la victoria, aunque para ello hay que recuperar a la plantilla. Hoy por hoy y tal como está la enfermería, estos rivales son de su liga. Y del resultado de estos enfrentamientos se podrá saber cuál será el objetivo de aquí a final de curso.