Madrid. El futbolista portugués Cristiano Ronaldo (Real Madrid), invadido por la emoción, con lágrimas en los ojos y acompañado por su hijo, terminó por conquistar su segundo Balón de Oro, el que le reconoció como el mejor jugador del año 2013, para entrometerse en el dominio del argentino Leo Messi (Barcelona), al que superó ayer en Zúrich y que había mantenido un absoluto dominio en los últimos cuatro años.

Es, tras el que consiguió en el 2008, el segundo trofeo para Ronaldo, situado al lado de Pelé en el escenario del Palacio de Congresos de Zúrich y que superó en votos a Messi, que acabó segundo, y al francés Frank Ribery, que fue el tercero. Estancó la dictadura impuesta hasta ahora por el argentino, considerado el mejor de la época.

Obligado a permanecer a la sombra de Messi y a salir malparado en casi todas las comparaciones, Cristiano logró un consuelo cuando el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, le entregó el trofeo. El luso, que fue acompañado a la gala por su familia y que se dejó ver con su novia Irina y su hijo, puede respirar tranquilo. Un desahogo que dará sosiego al portugués, en ocasiones condicionado por la impecable trayectoria de su adversario.

El mundo del fútbol ha premiado al más destacado del 2013 en una carrera sumida cada año en la indefinición y sin un baremo claro para determinar al merecedor del trofeo. A veces fue, como en ésta ocasión, el sobresaliente del curso; otros, el más relevante dentro de unos éxitos colectivos; en ocasiones, el considerado el mejor del mundo; y en el resto, algunos que no tenían que ver con nada de esto.

No obstante, méritos ha hecho para ello Cristiano Ronaldo, que ofreció una de las pocas imágenes emotivas y espontáneas de una ceremonia encorsetada. Con su hijo en escena y su novia y su madre conmovidas en el patio de butacas, el astro portugués no pudo soportar la intensidad del acto. "No tengo palabras para describir este momento. Gracias a mis compañeros del Real Madrid y de la selección y a mi familia. Es un honor. Es muy difícil ganar este premio. Ha sido gracias a mi presidente y a muchas personas que están junto a mí. Quiero mencionar a Eusebio y también a mi novia y a mi hijo. Es un momento muy emocionante. No puedo hablar más", dijo con lágrimas en los ojos.

La ceremonia El escenario del Palacio de Congresos de Zúrich contempló la otra cara de las estrellas. Héroes del césped, habitualmente ataviados con indumentarias de trabajo, transformados en personajes de gala. Con trajes de etiqueta y poses de maniquí expositores de vestidos de marca.

La modelo brasileña Fernanda Lima y el holandés Ruud Gullit marcaron el paso en una ceremonia guiada sin escaso margen para la improvisación ni cabida para la espontaneidad. Sólo la imagen del ganador al recoger el premio, las lágrimas de Pelé cuando recibió el premio de honor al mejor jugador de la historia y el homenaje a Eusebio dieron un aire distinto a un espectáculo trazado, con cabida para la música con actuaciones como las de Laura Pausini, James Blunt y Amy MacDonald.