Vitoria. Cuando se empiezan a conocer los recorridos de las grandes vueltas, los ciclistas suelen acudir raudos a echarles un vistazo para encontrar aquella etapa que mejor se adecúa a sus condiciones. Tras un análisis exhaustivo de las rutas -e incluso estudios sobre el terreno-, cada uno le pone la equis a las jornadas que mayores posibilidades de éxito le ofrecen. Llegado el momento de la verdad, serán los días en los que persigan hasta la extenuación su particular asalto a la gloria. Claro que el siempre heroico universo de la bicicleta plantea también desafíos más ambiciosos todavía si cabe. Y en uno de ellos se ha embarcado Imanol Estévez. El joven corredor alavés (el próximo sábado cumplirá 21 años) está empeñado en que su tercera temporada en categoría sub' 23 sea la de su consagración definitiva. Para ello, se ha autoimpuesto un reto. "Quiero que este año sea el de mi salto a profesionales", anuncia el que en estos momentos es la mayor promesa -ya realidad- del ciclismo provincial amateur.
Tras dos ejercicios en aficionados que le han permitido crecer paulatinamente y comenzar a degustar el agradable sabor de la victoria, este vitoriano -que al mismo tiempo que desarrolla al máximo su pasión por las dos ruedas cursa un ciclo superior en Actividad Física- se ha decidido a apostar fuerte por su futuro sobre la bicicleta. Para ello, no ha dudado en dar un giro a su trayectoria y aceptar la invitación para convertirse en el abanderado del ambicioso proyecto del equipo Zirauna. Deja atrás de esta manera su etapa en el Naturgas -"no me veía demasiado porvenir ahí la verdad, y más teniendo en cuenta todo lo que ha sucedido con el Euskaltel", confiesa- y abre una nueva etapa en la que ha depositado muchas esperanzas. "Aunque se trata de un equipo nuevo y que quizás no cuente con la experiencia que pueden tener otros, se ha juntado gente muy buena, nos conocemos y estoy convencido de que al final vamos a ser uno de los más potentes de España en esta categoría", asegura.
Por el momento, Estévez (que comenzó destacando como sprinter pero que en los últimos tiempos se ha convertido en un todoterreno que supera bien la montaña sin haber perdido la punta de velocidad) cumple con la sacrificada rutina de la pretemporada a la espera de que la competición le aporte emociones más intensas. "Ya llevamos casi un par de meses trabajando duro y a partir de ahora comienza la fase más exigente de bicicleta, acumulando kilómetros y buscando el punto de forma", apunta. Al menos, las recién concluidas Navidades le han permitido tomarse alguna pequeña licencia. "Aunque está claro que te tienes que controlar para no perder el trabajo que estás haciendo, algún pequeño capricho hay que darse para que no se haga tan dura la temporada", reconoce.
El objetivo de todo este esfuerzo es ir afinando las piernas para que cuando en el ya cercano mes de febrero arranque la competición el alavés pueda comenzar a demostrar su calidad sobre la carretera. "Lo más seguro es que empiece a correr en Francia. Allí se va siempre a un ritmo muy alto, te llevan con el gancho y, aunque sin renunciar a buscar algún buen resultado, la idea es aprovechar esas pruebas para terminar de coger la forma y que me pueda servir después para hacerlo bien en las carreras de aquí", desvelo.
Aunque todavía no tiene el calendario definido al cien por cien, dos citas importantes destacan por encima del resto, el Memorial Valenciaga y la Vuelta al Bidasoa. En esta última el año pasado logró la cuarta plaza en la clasificación general -siendo el primer vasco y a sólo once segundos del vencedor- y mejorar esa posición es uno de los grandes objetivos del curso que está a punto de arrancar.
Pero las ilusiones de Estévez no se centran únicamente en la carretera, también pasan por los despachos donde se toman las decisiones sobre el futuro de su nuevo equipo. Y es que Imanol sueña con poder competir con un equipo de casa. "Ojalá la Diputación acabe apoyando el proyecto de Zirauna y se recupere un equipo alavés. En los últimos años se ha dejado un poco de lado el ciclismo por aquí y la verdad es que competir en una estructura de aquí sería lo ideal. Serviría también para que los más jóvenes se animaran a continuar practicando ciclismo", reflexiona.
Otros alaveses Al margen del que será la gran referencia del Zirauna, la presencia de corredores alaveses dentro del pelotón aficionado no pasa precisamente por su mejor momento. Y es que la escasa atención que se le ha prestado en los últimos tiempos ha tenido un lógico efecto negativo. De esta manera, nombres como los de Alain González (recién incorporado al Eki Sport), Aitor Morales o Yerai Ruiz (ambos compañeros de Estévez en el Zirauna) representan un pequeño oasis en este casi desértico paisaje.