vitoria. Como estaba previsto en el guión, el Consejo de Administración del Deportivo Alavés aprobó ayer por abrumadora mayoría todos y cada uno de los cinco puntos que conformaban el orden del día de la junta general de accionistas que celebró ayer en el Palacio Europa y que se extendió hasta bien entrada la noche. La convocatoria reunió a 75 accionistas y el 82% del capital social del club estuvo presente o representado. Todos ellos ante la mirada paciente de Josean Querejeta en primera fila, que acompañado por su hermano Luis y otros consejeros de la entidad no tuvo más remedio que aguantar de manera indirecta, al igual que ya hiciera en la junta del pasado año, las reprimendas de varios accionistas minoritarios presentes en la sala. Una circunstancia relativamente nueva para el mandatario de Lazkao, poco acostumbrado en sus 25 años de gestión en Saski Baskonia a dar explicaciones públicas de su gestión. Ayer tampoco las dio porque para eso ya estaba el presidente del club, Alfonso Fernández de Trocóniz, ratificado en el cargo por la Asamblea con el 99,4% de los votos. Fue el resultado del primer punto del orden del día, donde también quedaron ratificados los nombramientos de Rafael Pedreira como vicepresidente del club y Manu Mendi como secretario. Completaron el actual consejo Luis Querejeta, que ostenta el cargo de vicesecretario, y Santi Martínez de Arenaza como vocal. Todos estos nombramientos fueron aprobados el pasado 26 de septiembre.
Maquillaje de fondo El apoyo a la gestión de las cuentas de la pasada temporada, con algunos matices como el capítulo de Servicios Exteriores, siguió la misma estela. Todo ayer fue como una balsa de aceite. Se aprobaron así los números de la temporada 2012/2013 con el 99,6% de los votos, también el presupuesto previsto para la actual (99,4%), así como la designación de la compañía Sayma como auditora del club por los próximos tres años.
Fue una puesta en escena perfecta con mucho fuego de artificio, eso sí, de fondo. Una capa gruesa de maquillaje financiero para presentar unas cuentas capaces de pasar el filtro de los cada vez más exigentes controles de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y el Consejo Superior de Deportes (CSD). En este sentido, dos fueron los apartados en los que el Alavés ha recurrido a la ayuda de la ingeniería financiera y en ambos con el mismo objetivo, aumentar su balance patrimonial. De un lado, ha transformado el leasing (alquiler) que hasta ahora se aplicaba a los terrenos de Izarra -en virtud del acuerdo político alcanzado en su día con la Diputación- en una venta, lo que le permite calificar este concepto como activo financiero. Además, considera también como activo el convenio de uso preferente de Mendizorroza (al que le quedan diez años de vigencia y por el que abona un canon de 120.000 euros anuales). Según los cálculos de un tasador al que ha recurrido el club, este acuerdo tiene un valor de dos millones de euros. Sumada esta cantidad a lo logrado por Izarra, los responsables económicos del Alavés han logrado rebajar sustancialmente el saldo patrimonial negativo que presenta la entidad y que pasa de más de diez millones a menos de 1,5 millones. De este modo tratan de evitar que la LFP les obligue a llevar a cabo una nueva ampliación de capital -totalmente inviable en estos momentos- para hacer frente a ese desfase. Con las cifras iniciales, se antoja inevitable esa decisión de la patronal mientras que con las maquilladas podría prosperar la argumentación albiazul de cuadrar los números a través de la búsqueda de financiación externa (un nuevo crédito o ingresos extraordinarios).
una fundación propia Cuestiones cosméticas al margen, el resto de la Asamblea transcurrió sin mayores sobresaltos a pesar de la situación del equipo. Sólo en el capítulo de ruegos y preguntas se elevó algo la tensión cuando uno de los accionistas minoritarios preguntó por una posible dejación del club hacia Piterman. "No le voy a consentir que ponga en duda la actitud de este consejo hacia ese señor. Ni se le ha perdonado nada ni se le va a perdonar. Pueden estar tranquilos porque llegaremos hasta donde tengamos que hacerlo", respondió el presidente Trocóniz.
Se cruzaron a continuación preguntas vinculadas a la inexistencia de una fundación propia del Alavés, el vacío hecho por la Federación Vasca de Fútbol por no convocar a ningún jugador del primer equipo al partido de mañana contra Perú, y, sobre todo, a la posibilidad de endeudarse para fichar en el mercado de invierno. "No es algo que dependa de nosotros. La LFP nos ha puesto un tope y estamos buscando la fórmula de demostrar que podemos ser solventes, pero no es algo que esté en nuestra mano", respondió al respecto. ¿Y la venta de Viguera?, interpeló de manera indirecta otro accionista. "Si vienen refuerzos será para reforzar lo que hay, y respecto a las posibles salidas, ahí están las cláusulas de rescisión, pero no es nuestra intención debilitar el club", concluyó el presidente.