EL mejor presidente de la historia del Sevilla, al menos en cuanto a títulos se refiere -otra cosa es en cuanto a su calidad moral como persona-, tiene las horas contadas al frente de la entidad hispalense. José María del Nido, verdadero alma máter del conjunto andaluz durante los últimos once años, presenta hoy su dimisión en una rueda de prensa que se intuye multitudinaria en el Sánchez Pizjuán. Pero no lo hace de motu proprio, cansado por la presión que se supone que habrá acumulado tras más de una década al frente del conjunto andaluz, en un periplo más que positivo en el que ha sumado dos Copas de la UEFA, otras dos Copas españolas, una Supercopa de Europa y otra estatal. Su adiós de la primera línea futbolística llega forzado, obligado por la Justicia y por los estatutos de su club, después de que el Tribunal Supremo echara un jarro de agua fría la semana pasada en forma de sentencia y chafara su intención de esquivar la cárcel. El socio 192 del Sevilla Fútbol Club no lo ha conseguido y deberá cambiar los focos por un buen tiempo en la sombra. Lo suyo era cuestión de tiempo, ya que las pruebas en su contra, si uno lee el fallo del Alto Tribunal, eran más que evidentes. Seguro que se había imaginado irse por la puerta grande, pero lo va a hacer por la de atrás.
Del Nido ha sido sentenciado en firme por el conocido como caso Minutas. Nada que ver con su cargo como presidente del Sevilla, sino que todo obedece a su condición de abogado. Concretamente, a la relación profesional que mantuvo con el exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, actualmente en prisión. Ambos han sido condenados por corrupción a siete años de cárcel. Del Nido por los honorarios irregulares que cobró del Ayuntamiento de la Costa del Sol entre 1999 y 2003 después de que fuera contratado por el sucesor de Jesús Gil al frente del Consistorio marbellí. Una relación que, según el Tribunal Supremo, generó facturas falsas para su enriquecimiento personal y ayudó a dejar más vacías si cabe las arcas de la localidad malagueña. La sentencia solo se puede recurrir en amparo ante el Tribunal Constitucional y Del Nido tendrá que ingresar en la cárcel, salvo que se admita la excepcionalidad de ese recurso y el Supremo suspenda la ejecución de la condena, algo que no suele ocurrir cuando las penas superan los cinco años de prisión.
El Alto Tribunal, que corrobora prácticamente en su totalidad el fallo que ya dictó en 2011 la Audiencia Provincial de Málaga, no tiene dudas de que Julián Muñoz, como alcalde en funciones, fue quien consiguió que Del Nido cobrara estas minutas de forma irregular. No se cortaron. Los dos idearon una trama para desviar en su beneficio dinero público del Ayuntamiento de Marbella, trama en el marco de la cual Del Nido facturó millones de euros por servicios jurídicos que nunca prestó: "Dictó resoluciones lógicamente prevaricadoras que planificadamente pretendían encubrir con minutas irregulares, innecesarias, improcedentes e injustificadas, un expolio al Ayuntamiento de Marbella".
Un caso en el que también ha sido condenado el archiconocido en asuntos corruptos Juan Antonio Roca (cuatro años de cárcel) y la exmujer de Del Nido, a la que el TS ha ratificado la pena de dos años de prisión como cooperadora necesaria de los mismos delitos. En cuanto a las indemnizaciones, el presidente hasta hoy del Sevilla y Julián Muñoz deberán indemnizar al Ayuntamiento de Marbella de forma conjunta y solidaria con más de tres millones y 2,78 millones de euros, respectivamente. Curiosamente, el dirigente que más ha ayudado a aumentar el capital del Sevilla, hizo todo lo contrario en su faceta profesional. Lo mismo que Cachuli, un auténtico especialista en apropiarse del dinero público.
Del Nido pasará a la historia como el presidente sevillista más laureado y eso que, allá por 2002, cogió las riendas de un equipo al borde del naufragio. Altivo y siempre con un cierto tono chulesco -en Bilbao se recuerdan sus declaraciones en las semifinales de Copa de 2009 en las que aseguró que se iba a comer del león hasta el rabo, unas palabras que se volvieron en su contra en San Mamés con el ya famoso cántico de Del Nido, cómeme el rabo-, en su primera rueda de prensa como presidente del Sevilla aseguró que la deuda del club era calderilla y que podría sacarle más potencial a la entidad. Y lo ha conseguido. Con una política de fichajes envidiable, con una estrategia de comprar barato y vender muy caro (el pasado verano el club ha recaudado la cifra récord de 90 millones de euros con los traspasos de Negredo, Navas, Medel...), el conjunto andaluz recuperó un hueco en la élite.
todo queda en casa A la espera de lo que pueda decir hoy José María del Nido, el patrón de la nave sevillista en la última década tiene todo bien atado. No podía ser de otra manera en un mandato tan presidencialista como el suyo. Su sucesor será Pepe Castro, actual vicepresidente. Monchi es probable que acumule más poder, lo mismo que el hijo del mandatario saliente, José María del Nido Carrasco. Todo queda en casa cuando se trata de manejar las acciones del Sevilla. Lo que está por ver ahora es el momento en el que Del Nido deja el palco por la cárcel.