bilbao. Dos historias muy distintas pero que convergen son las que añaden de cierta mística la final del Cuatro y Medio de Segunda. Aunque los titulares y los focos están posados en la de Primera, con los dominadores de todas las distancias en la última década como contendientes; debajo del foco de Olaizola II y Martínez de Irujo se encuentran Mikel Olazabal y Stephane Lemuno, finalistas en la jaula de Promoción, que quedará superada mediáticamente por el tino de las empresas de colocar los dos enfrentamientos por la txapela el mismo día, aunque retransmitido por distinto canal. Aún no se ha comunicado dónde será la contienda, se maneja el Labrit como escenario, que estará sujeta a las negociaciones de las operadoras, pero lo que es seguro es que con la celebración de tan importante cita en el duelo de Promoción el mismo día de la final grande la repercusión no será la misma.
Convergencias aparte, lo curioso de dicha final es que en ella se miden dos pelotaris ya experimentados, 27 años, cuyo contrato se encuentra en sus últimos momentos. De hecho, el delantero de Areso renovó por solo siete meses con Aspe el pasado 24 de mayo. En aquella fecha, el manista navarro declaró que "tengo que mejorar si quiero que la empresa me haga un nuevo contrato para seguir" y apostilló que "lo que necesito ahora es jugar lo máximo posible en verano y si puedo colarme en el Cuatro y Medio". Así las cosas, el hábil pelotari navarro ha vuelto a reencontrarse tras unos cursos en los que no ha estado del todo enchufado. A pesar de todo, ha sido un fijo en Segunda y además en 2012 alcanzó la final del Parejas de Promoción junto a Iñaki Larrinaga, pero la txapela se le escapó entre los dedos en el Labrit. Así las cosas, desde que debutó en 2007, a punto de cumplir los 19 años, fue una de las más firmes promesas de Aspe para dar el salto a Primera. De hecho, valorándolo como un pelotari de cocción lenta, acumuló kilómetros jugando en la élite y compartiendo pareja con zagueros de primer nivel. Así las cosas, antes de jugar en la jaula de Segunda, el aresoarra tuvo la puerta de Primera a mano: entró en 2008 derrotando al campeón manomanista en primera ronda, Oinatz Bengoetxea. Los dos cursos siguientes también se meció en la jaula, pero los resultados no le acompañaron. En 2008 subió como la espuma, entrando en el Parejas por Eugi y Capellán, con malos resultados. Al año siguiente, entró por Gonzalez y se le puso en consideración como el quinto de Aspe. Pero la suerte, desde entonces, le ha esquivado. El sábado 14 buscará reivindicarse y un puesto en Primera el curso que viene y prolongar su contrato.
A Lemuno, por su parte, le pasó algo similar en la jaula. Entró en Primera, recién debutado, antes que en Segunda y no tuvo suerte. En el Cuatro y Medio de 2010, Aritz Lasa le ganó (22-17). Desde entonces, no ha tenido oportunidades. Manista de estilo trinketista y de debut tardío (24), llegó a la final del Cuatro y Medio de Segunda al año siguiente tras aguantar medio campeonato con las manos mal, no consiguió la victoria porque el travieso Mendizabal III se hizo con el triunfo.