londres. Rafa Nadal se aseguró ayer que acabará la temporada como número uno del mundo por tercera vez en su carrera, al derrotar en la Copa de Maestros al suizo Stanislas Wawrinka, quien plantó cara, pero acabó cayendo por 7-6 (5) y 7-6 (6), en dos horas y 12 minutos. El balear, con este triunfo, accede a las semifinales del torneo.

Nadal estaba obligado a ganar dos partidos en el último torneo del año, que se disputa en Londres, para acabar con cualquier opción del serbio Novak Djokovic de arrebatarle el primer puesto del ranking en 2013. El tenista, de 27 años, ya fue número uno a final de año en 2008 y 2010, si bien en esta ocasión la gesta es aún más notable, ya que en febrero reapareció tras siete meses apartado de las pistas por una lesión de rodilla.

A su regreso, el mallorquín de Manacor ha firmado una de las mejores temporadas de su carrera, en la que ha conquistado su octavo Roland Garros y su segundo Abierto de Estados Unidos.

El pasado 7 de octubre, un mes después de haber batido a Djokovic en la final de Nueva York, el español recuperó el primer puesto de la ATP, que había perdido en junio de 2011, y acumula ahora 107 semanas al frente del ranking.

Desde su vuelta a la competición, Nadal se ha presentado en 16 torneos, en los que ha llegado a 13 finales y se ha impuesto hasta ahora en 10, una cifra que solo había superado en 2005, cuando levantó 11 títulos.

Si bien la pista cubierta de Londres favorece a algunos de los rivales del mallorquín, Nadal ha subrayado durante toda esta semana que su objetivo es luchar por la victoria en esta Copa de Maestros. Su camino en el torneo comenzó el martes con un duelo ante Ferrer, que llegaba al O2 Arena casi sin transición desde la final de París Bercy, donde cayó ante Djokovic, y continuó ayer ante un Wawrinka, octavo del mundo, que plantó cara, pero acabó sucumbiendo una vez más ante el número uno.

La mentalidad ganadora con la que llegó a Londres le sirvió al suizo para poner contra las cuerdas a Nadal en el último tramo del primer parcial. Se impuso al resto para igualar el set, 5-5, anotó después un juego en blanco y forzó un desempate en el que el balear se mostró intratable y con la fortuna de su lado. A pesar del empuje que lució Wawrinka, que llegó a forzar un segundo desempate, el pupilo de Magnus Norman no pudo romper una racha de once partidos perdidos, todos los que ha disputado, contra Nadal, que ayer añadió una nueva línea a su historia de éxitos.