sevilla. La aguas bajaban revueltas en Nervión, y ayer no fue el día propicio para calmarlas sino todo lo contrario. El Celta confirmó su progresión con un partido sobrio en el que le bastó con mantener las líneas juntas y embocar la ocasión que tuvo -que más fue un regalo- para llevarse los tres puntos. Con su afición buscando culpables entre sus propias filas, el Sevilla se diluyó en la ansiedad y ya se asoma a la lucha por la permanencia. Foto: efe