SEVILLA. El futbolista del Real Betis Balompié Rubén Castro fue detenido ayer por agentes de la Policía Nacional, acusado de un presunto delito de violencia de género, tras culminar las sesiones de entrenamientos del equipo bético, informaron fuentes policiales. El jugador había sido denunciado por una pareja suya con la que, al parecer, había estado el lunes por la noche por algunos locales de la capital andaluza, y a la que, según la denuncia, "había agredido físicamente". Al parecer, una vez finalizado el partido entre el Betis y el Zaragoza, ambos se encontraban en la avenida de la Palmera tras salir de un conocido bar de copas y comenzaron una discusión en el marco de la cual el futbolista le habría propinado "varios puñetazos y bofetones". La mujer aseguró que Rubén Castro es su pareja, aunque el futbolista lo negó con rotundidad y puntualizó que se trata de su ex novia.

El canario prestó declaración en la Jefatura Superior de Policía de Sevilla, dependencia policial a la que fue trasladado una vez acabado los entrenamientos de la plantilla verdiblanca. Tras cumplir dicho trámite, el jugador quedó en los calabozos de las dependencias policiales, a la espera de pasar a disposición judicial, en las primeras horas de la tarde. La denuncia contra el jugador canario se debe "en principio, por un presunto delito de violencia de genero, por una persona que, al parecer, es o ha sido pareja suya", según las mismas fuentes.

El Betis informó de que no sabe "de qué se le acusa" a Rubén Castro y que antepone y defiende "su presunción de inocencia". "El club se está ocupando de ello, por ser jugador del Betis, y cuenta ya con la asistencia letrada de una abogada por parte de la entidad", dijo.

Pepe Mel se refirió al espinoso asunto de la denuncia contra Rubén Castro por presuntos malos tratos a su ex pareja. "Me cuesta creerlo, la verdad. Para esto está la justicia. Colaboraremos en lo que podamos". El entrenador del Betis mostró su extrañeza por lo sucedido y en cualquier caso se ha mostrado prudente en sus palabras. "Me cuesta creerlo, la verdad. No tengo muchos datos, ni argumentos. He sido de los últimos en entrar al vestuario y ahí me he enterado. Es un tema grave y su situación personal es mucho más importante que un partido de fútbol. Ojalá no sea verdad y que todo se solucione para bien", confió el madrileño, que apostilló que "deseo también que la chica no se sienta perjudicada en nada".

Finalmente, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número Tres de Sevilla decretó por la noche libertad con cargos para el canario, que cumplirá con una medida de alejamiento de 300 metros y la prohibición de comunicarse con la denunciante, según informaron fuentes del caso.