vitoria. La temporada recién finalizada ha dejado al entrenador del Aurteneche Euskadi un evidente poso de amargura. Ya en frío y mediante un análisis sosegado, Iñaki Merino repasa un año presidido por los sobresaltos en el que el conjunto gasteiztarra no ha sido lo suficientemente competitivo como para igualar los exitosos registros de la pasada campaña que habían colocado el listón excesivamente elevado. Entre los graves problemas del club para inscribirse en la Adecco Plata después del recorte en la ayuda institucional por parte de la Diputación, la demora a la hora de confeccionar la plantilla, la marcha de Ilimane Diop en enero y las constantes lesiones, el técnico vitoriano se ha visto amputado de pies y manos para trabajar con la ansiada tranquilidad y dotar de estabilidad al nuevo proyecto. De ahí el baño de realismo acontecido en la primera eliminatoria del play off de ascenso ante el Palma Air Europa que vino a suponer la crónica de una muerte anunciada. "Aunque a todos nos gustaría más y siempre tienes la aspiración de conseguir más cosas, con todas las dificultades que hemos sufrido durante el año y tal como se planteó la temporada, la verdad es que tampoco dábamos para mucho más. Nos hubiese gustado alcanzar las semifinales, pero era una misión imposible", reconoce sin tapujos Merino, que enlaza seis temporadas al frente del equipo.

Con un presupuesto más limitado para confeccionar un grupo de plenas garantías, el Araberri se autoimpuso una política de austeridad que obligó a apostar por jugadores de la casa y por un reducido número de foráneos que, a la postre, no ha marcado la diferencia. Pese a ello, el conjunto alavés se mostró por momentos competitivo y pudo conseguir victorias meritorias que elevaron la moral. Tras unos pertinentes días de reflexión, Merino valora positivamente el hecho de haber sellado la permanencia con tanta suficiencia. "Era difícil repetir lo del año pasado. Salimos con el objetivo de la salvación y, si alcanzábamos el play off, de intentar dar la sorpresa en alguna eliminatoria. En ese sentido, el objetivo marcado está cumplido y de sobra. Muchas veces, ocurre que intentas repetir lo anterior y, aunque eres consciente de que va a ser muy complicado y que el título de Copa es algo que pasará una vez en nuestras vidas deportivas, lo ves como algo factible. Se tenían que dar muchas circunstancias al mismo tiempo y este año no se dio ninguna", lamenta.

debilidad en la 'pintura' Si ha habido una rémora que ha impedido cualquier atisbo de crecimiento durante los últimos meses no ha sido otra que la tibieza del juego interior. La carencia de músculo y centímetros, agravada tras la repentina marcha de Diop mediado el ejercicio, ha impedido poner en aprietos a los rivales directos. Así pudo comprobarse en la eliminatoria ante el Palma Air Europa, donde el trío compuesto por Hedgepeth, Buesa y Elías se desangró ante el poderío de dos interiores dominantes como Blair y Joseph. "Ha sido nuestro punto débil. Empezamos el año con solamente cuatro pívots porque de esa manera íbamos a abrir más hueco a Ilimane para que pudiese participar en los partidos. Su baja a partir de enero nos hizo mucho daño y nos dejó con solo tres hombres altos. Entonces perdimos a ese jugador grande y de referencia que habíamos dejado como nuestro intimidador en defensa. A un mes para cerrar el plazo de fichajes, intentamos incorporar a alguien que hiciera su trabajo, pero fue muy complicado. A esas alturas, no había nada en el mercado y nos quedamos así. Todo eso sumado a la lesión de Ales Arcelus, que aunque no es un pívot nos daba una fuerza en el juego y rebote, fue la puntilla para la plantilla", recalca Merino, que espera en breve una llamada de la Federación Española para integrarse en el staff técnico de alguno de los equipos que competirá este verano a nivel internacional.

Hasta en una temporada tan complicada se pueden rescatar aspectos positivos. Ocho vitorianos (Jon Uriarte, Ander Arruti, Aitor Carrera, Aitor Martínez de Aguirre, Ales Arcelus, Borja Fernández de Retana, Martín Buesa y Javi López) han formado la espina dorsal de un Araberri cuyo mejor patrimonio son los jugadores de casa. Algo de lo que no puede presumir ningún equipo dentro de la Adecco Plata. Además de ello, en una ciudad donde el Baskonia acapara todos los flashes mediáticos, la aceptación social del Araberri es cada vez mayor. El polideportivo de Mendizorroza ha vuelto a registrar una buena asistencia de público para seguir in situ los partidos de una categoría ya con cierto arraigo en la capital alavesa.

Ambos aspectos llenan de satisfacción al timonel del Aurteneche. "Sacamos cosas positivas de la temporada. Ha habido ocho jugadores vitorianos que pudieron participar en la liga. Hay cosas como el apoyo de la gente que se está notando. Si hubiésemos pasado una ronda del play off, hubiese venido todavía más gente a animarnos. En ese sentido, estamos contentos, porque nos sentimos valorados, apoyados. Ahora falta que nosotros pongamos un poquito de nuestra parte. Si logramos una trayectoria mejor en cuanto a dinámica de victorias y juego atractivo, la gente responderá aún mejor", remarca con vehemencia.