A pesar de ponerle intensidad, a pesar de que el Buesa Arena volvió a estar hasta más allá del último suspiro inflando las alas de su equipo, el Barcelona impuso ayer su ley para colarse en la final de la Copa del Rey que tanto quería Vitoria.

Un parcial de 0-14 al inicio del último cuarto dejó noqueado al equipo, que ya no pudo remontar y cayó ante un Barça que, una vez más, se convierte en su bestia negra.