VITORIA. Cuando en Italia todavía resonaban los gritos de ánimo a Joaquim Rodríguez, un ciclista que se crece sobre el asfalto transalpino y que el sábado volvió a demostrarlo ganando en el Giro de Lombardía, se presentó el recorrido y las características del Giro de Italia de 2013.
Los organizadores de la corsa rosa han planificado una hoja de ruta que, por un lado, satisface los deseos de todos los favoritos, pero a su vez les hace pagar un coste muy alto obligándoles a exprimirse en las especialidades en las que peor se desenvuelven. El Giro esconde un final exigente de alta montaña, pero también contempla tres etapas contrarreloj. La primera de ellas será una por equipos en la segunda jornada de carrera, la que transcurre entre Ischia y Forio con 17,4 kilómetros de trazado. La segunda será en la octava etapa y es la que más preocupa a los escaladores, puesto que sus más de 55 kilómetros de carrera contra el segundero pueden ser un lastre que les deje en demasiada desventaja de cara a las etapas de montaña. En la décimo octava etapa el pelotón tendrá que afrontar una cronoescalada de 20 kilómetros entre Mori y Polsa.
homenaje a 'el pirata' El Giro de 2013, que se disputará entre el 4 y el 26 de mayo, rendirá un emotivo homenaje a Marco Pantani, el fallecido ciclista italiano. Al cumplirse 15 años de la gran temporada en la que el Pirata conquistó el Tour de Francia y el propio Giro de Italia, la carrera rosa se asomará a Francia para rodar sobre el mítico Galibier y pasar junto al monumento en honor a Pantani que está colocado justo en el punto en el que el escalador atacó a Jan Ullrich en 1998.
El Giro comenzará en la región de Campania para después enfilar hacia el norte del país. Realizará un descanso el lunes 13 de mayo para después adentrarse en la montaña y llegar a Vajont, el lugar donde en 1963 fallecieron 1900 personas al colapsar una presa. Los Alpes serán el epílogo de un Giro exigente. Si los puertos y la cronoescalada de la 18ª etapa no han dejado sentenciada la general, habrá que tener en cuenta los 200 kilómetros del paseo de la última etapa, tal y como apuntó ayer en el acto de presentación el propio Joaquim Rodríguez, quien en 2012 ya ha visto cómo el canadiense Ryder Hesjedal le arrebataba la maglia rosa en la penúltima etapa.
Ninguno de los grandes favoritos presentes ayer en Milán confirmó si acudirá a la carrera italiana, pero todos coincidieron en calificar como muy atractivo el trazado que este año no terminará en la ciudad lombarda, como es habitual, sino que finalizará en Brescia.
Joaquim Rodríguez destacaba ayer que "es un Giro muy duro, sobre todo la última semana" y apuntaba a que la etapa que termina en las Tres Cimas de Lavaredo puede ser la que marque diferencias, siempre teniendo en cuenta la larga contrarreloj individual.
El vigente campeón, Hesjedal, estaba sorprendido por el recorrido propuesto para 2013: "Decían que la próxima edición iba a ser más fácil, pero no lo creo. Es alucinante". En el acto de ayer también estuvo el último ganador del Tour, Bradley Wiggins, quien podría convertirse en el primer ciclista de su país en ganar el Giro en sus 103 años de historia.