Valkenburg. El español Óscar Freire cerró el domingo en Valkenburg su círculo glorioso en los Mundiales de ciclismo, aquel que abrió en esta misma localidad holandesa en 1998 y que ha jalonado con tres oros y un bronce. Freire se despidió de la competición con un décimo puesto, cerca del sueño de convertirse en el más laureado de la historia, cuyo honor sigue compartiendo con Alfredo Binda, Eddy Merckx y Rik Van Steenbergen.
El de Torrelavega se lamentó de no haber podido luchar por hacerse con la victoria al "quedarse solo" cuando demarró en la subida al Cauberg el belga Phillippe Gilbert. El bronce de Alejandro Valverde, que otrora hubiera sido considerado un gran éxito, dejó en primera instancia un cierto sabor amargo, pero para la cena, que fue un homenaje al cántabro, la situación quedaba aclarada.
Freire confirmó junto a sus compañeros el adiós a la competición, que no "de la bicicleta" y agradeció "a todo el mundo" que le ha apoyado y "en especial" a su familia "con el deseo de que sigan los éxitos en este deporte tan sacrificado y cada vez más peligroso". El cántabro, nacido el 15 de febrero de 1976, se estrenó en unos Mundiales absolutos en 1998 en Valkenburg (en 1997 fue segundo en San Sebastián), con un 17º puesto en una edición en la que ganó el suizo Camenzind por delante del belga Van Petegem y del italiano Bartoli. El estadounidense Lance Armstrong fue cuarto y Chente García Acosta 13º.
Al año siguiente ganó en Verona en un alarde de ejercicio táctico por delante de otro suizo, Markus Zberg, y del francés Jean-Cyril Robin. En 2000, en Plouay (Francia) se colgó el bronce tras el letón Romans Vainsteins y el polaco Zbigniew Pruch; en 2001 en Lisboa se ciñó su segunda corona al superar a Paolo Bettini, ayer seleccionador del equipo italiano, y el esloveno Andrej Hauptman; y en 2004, de nuevo en Verona, obtuvo su tercer jersey arco iris por delante del alemán Zabel y del italiano Paolini.
En este dilatado periplo mundialista ha tenido también otros proyectos de podio o victoria que se han quedado en el camino, como en este 2012, pero eso no merma un ápice su espectacular rendimiento y grandes resultados. El día de su estreno en unos Mundiales en ruta absolutos lució el 51, en el de su despedida corrió con el 13. Freire no se preocupó porque no es supersticioso. Podía significar 1+3. Al final significa uno del mejor (compartido) en los Mundiales y tres títulos.