helsinki. Ruth Beitia, en su último año en activo, Concha Montaner y Borja Vivas se ganaron un puesto en las finales de altura, longitud y peso en una jornada inaugural de los campeonatos de Europa que puso un interrogante en el porvenir olímpico de Jesús España, vigésimo en la final directa de 5.000. Después de una medalla de oro (Gotemburgo 2006) y otra de plata (Barcelona 2010), Jesús España, peleado desde hace meses con una bursitis en el calcáneo, se va de Helsinki sopesando si merece la pena estar en los Juegos de Londres si no tiene garantías de poder pelear.
El primer triunfador fue el británico Mo Farah, campeón mundial de 5.000 metros, que revalidó su título europeo con una vuelta final demoledora para colgarse la primera medalla de oro en disputa en el estadio donde, hace 60 años, el checoslovaco Emil Zatopek escribió una de las páginas más brillantes del atletismo al ganar los títulos olímpicos de 5.000, 10.000 y maratón.
España, campeón de Europa de 5.000 metros en Gotemburgo 2006 y subcampeón en Barcelona 2010, llegó muy corto de preparación, sin una sola carrera este año en la distancia, y terminó vigésimo, incapaz de seguir el ritmo de los mejores desde mitad de prueba. Manuel Penas fue el mejor español, décimo, y Javier Alves acabó duodécimo.
Beitia tendrá este jueves la oportunidad de aprobar su asignatura pendiente -una medalla al aire libre- en la final de altura, a la que accedió con un salto de 1,90 metros. La atleta cántabra llega a sus últimos Europeos con la mejor marca de las contendientes (1,97) y para estar en la final se requerían 1,92, pero bastó con 1,90, altura que sólo once atletas superaron.
Otra veterana, Montaner, recibió una gran alegría cuando supo que, contra lo que pensaba, estaba en la final de longitud, diez años después de estar en la de Múnich, en la que se quedó a las puertas del podio. Dos saltos idénticos de 6,39 la condujeron a la final con la peor marca de las doce clasificadas.