Madrid. De pronto, tiempo después de la catástrofe del terremoto de Japón, la parrilla de MotoGP se exaltó viendo en peligro su integridad. Todos menos Karel Abraham, que no asistió al cónclave que se celebró en Sachsenring, Alemania, dejando ver que poco le importa el tema, e Hiroshi Aoyama, que se posicionó en favor de disputar el Gran Premio de Japón. El checo seguramente porque su padre es el dueño del circuito de Brno y formar parte de la rebelión podría reportar a su progenitor problemas con la organización el día de mañana; el segundo porque, sea sincero o no, de no querer correr se le vendría el cielo japonés encima. El resto puso en duda su seguridad a la hora de viajar el 2 de octubre a Motegi. La razón, la dañada central nuclear de Fukushima, sita a 120 kilómetros del circuito, y el riesgo de emisiones de radiación.

Cronológicamente, la polémica sobre viajar o no comenzó cuando los pilotos pidieron a la organización del Mundial, Dorna, un informe que analizara la situación a fin de garantizar la seguridad de los participantes.

Si bien, cuando el consejero delegado de Dorna, Carmelo Ezpeleta, se puso manos a la obra, atendió a la petición para evitar revuelos y encargó realizar un informe a la agencia independiente Arpa, los pilotos contemplaron la posibilidad de que los resultados se vieran condicionados por los intereses económicos, tanto de Dorna o de los propios equipos como del propio gobierno japonés.

De ahí que reclamaran la elaboración de un informe independiente al encargado por la organización del Campeonato. "No comprendo que me hayan pedido un informe y ahora no crean en él", decía el domingo Carmelo Ezpeleta para los micrófonos de TVE, un día antes de que se hiciera público el informe de Arpa.

El Gran Premio de Alemania marcó un punto de inflexión. Una cita en la que expusieron un comunicado conjunto del que se destiló que los pilotos desconfiarían de lo que diría el informe. Los destacados candidatos al título Lorenzo y Stoner -20 puntos les separan-, por ejemplo, se negaron abiertamente a correr en Japón. "Yo no iré", aseguraba el australiano. "Es mi opinión, la que tengo desde hace algún tiempo, no tanto como Jorge -gran adalid de este movimiento-. He estado dándole vueltas, pero no voy a ir", añadió el de Honda.

Giorgio sumó otro órdago enrocado en su postura: "Tomé la decisión de no ir hace mucho tiempo. No entro en las discusiones constantes sobre si ir a Japón, porque ya he tomado mi decisión. Pienso que si podemos ayudar a Japón de otra forma lo haré, pero creo que ir allí no es un verdadero apoyo".

Y bien, el informe ya ha hablado. Ayer, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) hizo público un adelanto de la investigación. Tras medir los niveles de radiación de cualquier fuente, incluidos el aire, el medio ambiente o los alimentos, la conclusión de Arpa es que "basándose en la estimación de la dosis se puede afirmar, sin lugar a duda, que el riesgo de radiación durante el evento es insignificante". Por lo que la FIM da por aptas las condiciones de salud pública y "la carrera se celebrará, tal y como está planeado".

"Tenemos un compromiso" De modo que, como la FIM y Ezpeleta sostienen que con el informe aprobado en la mano la carrera se disputará, la pelota pasa al tejado de equipos y pilotos, quienes tendrán que posicionarse oficialmente y seguramente lo hagan en la próxima cita, el Gran Premio de la República Checa, previsto para el 14 de agosto. "Tenemos un compromiso con un país que nos pide estar ahí para enseñar a todo el mundo que la vida continúa. Dorna tiene un contrato con Motegi, IRTA tiene un contrato con Dorna, los equipos tienen un contrato con IRTA y los equipos a su vez lo tienen con los pilotos. Nosotros vamos a cumplir con nuestros contratos si no hay ninguna causa de fuerza mayor", anticipó Ezpeleta.

En caso de que los pilotos se nieguen definitivamente a viajar, los equipos deberán encontrar sustitutos, pues se prevé que, comandados por Yamaha y Honda, viajen a Japón, lo que, a buen seguro, provocará escisiones en el seno de las marcas. Choques de intereses, de egos y demás.