vitoria. A veces, los sueños se transforman en pesadillas cuando menos lo esperas. Alberto Zerain y Txingu Arrieta así pueden atestiguarlo. El alpinistas vitoriano dio ayer por concluido su intento de hollar el Nanga Parbat cansado de la peor climatología que se recuerda en los últimos años, con tormentas de nieve, granizo y avalanchas constantes. "En estas condiciones, es imposible seguir. Llevo días dándole vueltas en la cabeza al riesgo que podía asumir pero cuando la montaña dice no es no. Esta misma mañana hemos tenido una prueba de ello cuando nos ha pasado muy cerquita una avalancha en el corredor", explicó ayer el montañero alavés.

Zerain y el alpinista Cuny intentaron la pasada madrugada llegar al Campo 2 de la ruta clásica en la cara Diamir de la montaña mientras Txingu Arrieta trataba de recuperarse de una gastroenteritis que le había dejado un poco debilitado, pero no fue posible. Su último intento de hacer cumbre por la ruta Kinshofer fue abortado por las avalanchas y el peligroso estado del peor tramo de la ruta. "Sobre las 11.00 horas, cuando estábamos en medio del corredor que antecede al muro Kinshofer, ha caído una estruendosa avalancha de nieve junto a nosotros que nos ha dejado los pelos de punta. Caían piedras por todas partes, así que a la dificultad de superar esos 1.000 metros muy verticales, se unía la preocupación de protegerse y saber por dónde venían las piedras", incidió Zerain.

Después de partir de Vitoria el 19 de junio y llegar al Campo Base del Nanga Parbat el 26 de junio, el sueño de llegar a la cumbre de 8.125 metros queda así postergado hasta recuperar el ánimo que la octava montaña más alta del mundo les ha robado en esta expedición. "El Nanga Parbat no nos deja. Ella manda. No podrá ser este año", lamentó ayer Zerain. La montaña es a veces un amante despechado.