bilbao. El carácter frío de Yves Xala, el nuevo campeón Manomanista, no cambió ni un ápice tras lograr la txapela. Después de haber vivido un calvario en el último mes, sin saber si finalmente podría jugar la final, el de Lekuine celebró el triunfo en la cancha rodeado de sus allegados pero sin cambiar su gesto serio. En rueda de prensa, más tranquilo tras unos minutos de locura, el pelotari fue claro: "El cielo me ha dado la txapela", admitió mientras dedicaba el triunfo a su "familia, amigos y a todas las personas de Iparralde".

Pocos confiaban en él como sucesor de Juan Martínez de Irujo, pero el público, quizá buscando justicia, fue claro y se posicionó en casi todo momento a favor de Xala. El mal trago vivido por el de Iparralde, que tras ser intervenido de apendicitis forzó hasta el máximo para poder llegar a la final de la mejor manera posible, fue recordado por el de Aspe en sus declaraciones posteriores al encuentro. "Esto me da la razón, pero aunque hubiese perdido 22-2, mi forma de pensar no hubiese cambiado. Ya dije desde un principio que iba a poder llegar", reconoció el de Lekuine.

Al término del encuentro Xala se mostró muy crítico con la postura adoptada por la Liga de Empresas de Pelota, contraria en un principio a que fuese él quien jugase la final. "A partir de ahora la LEP se va a tomar más tiempo para tomar este tipo de decisiones", admitió el pelotari, muy crítico durante estas semanas con la posición adoptada por los mandatarios.

Olvidado el mal trago, ahora convertido en algo dulce, Yves señaló "el cambio de saque" como la clave de su victoria. "Ha sido un encuentro muy duro, de mucha tensión. Cuando se ha ido hasta el 17-10 parecía que todo estaba perdido. En ese momento Aitor Zubieta -su botillero- me ha dicho que cambie el saque y todo ha ido bien a partir de entonces". Agresivo y con un poco de fortuna en los instantes finales, siempre necesaria en estos casos, el de Lekuine reconoció que "al final he tenido que arriesgar para ganar. He sido más agresivo que al principio y he podido lograr la victoria. En los últimos tantos, al golpear la pelota lo hacía con los ojos cerrados". El triunfo logrado en la jornada de ayer por Xala en el frontón Bizkaia de Miribilla entrará a la historia por ser el primer Campeonato Manomanista en el que un pelotari de Iparralde consigue acabar con la supremacía de Hegoalde. Sin tiempo para poder pensar en ello, el de Lekuine espera que "cambien las cosas y que lleguen otros de Iparralde a dar guerra". Xala acabó su rueda de prensa admitiendo que "para la pelota es muy importante que yo haya ganado".

"ha jugado perfecto" Aimar Olaizola acabó el partido cabizbajo, cabreado. Pero no podía reprocharse nada a sí mismo ya que se había exprimido en todo en la cancha. El de Goizueta tuvo la mala suerte de haberse encontrado con un rival que rozó la perfección y, como reconoció el pelotari al término del encuentro, no le dejó ningún tipo de posibilidad. "Xala ha jugado un partido perfecto. No vale poner excusas, cuando un rival roza la perfección hay poco que hacer". Así de rotundo se mostró el pelotari navarro al término de la final, Su enfado, no era contra nada ni contra nadie, sino contra él mismo, contra su forma de afrontar los últimos tantos. Con una ventaja de siete tantos en el marcador, 17-10, casi suficiente para hacerse con una nueva txapela del Campeonato Manomanista, el menor de los Olaizola, lamentó haber perdido la posibilidad de ampliar su palmarés

Fue en ese momento, con 17-10 en el marcador, cuando Xala cambió su forma de sacar, su estrategia. Dio un golpe de sobre la mesa, jugó su última baza y Aimar empezó a ver cómo se le acercaba el de Lekuine. Tal fue la efectividad en el servicio que logró superarle en el marcador. Ese cambio fue vital para Yves, pero el de Goizueta tenía claro que era solo una parte del vendaval que se le vino encima. "En la parte final he estado dominado y no podía desarrollar el juego. Ha cambiado el saque, pero realmente no me ha hecho mucho daño con él, simplemente es que le salía todo perfecto", se lamentó.

El navarro definió el partido como "muy bonito" y lo dividió en tres partes. "Al principio estaba nivelado, luego he cogido yo una ventaja bastante bonita gracias a que he podido dominar el juego, y a partir del 17-10 he seguido jugando igual pero Xala ha arriesgado mucho y no he podido hacer nada para pararle". Cuestionado sobre si todo el revuelo levantado ha podido afectar en su preparación, el navarro no quiso pensar en esa posibilidad: "Ahora darle vueltas no vale la pena, no se pueden poner excusas, simplemente Xala ha jugado perfecto y si alguien lo hace así de bien no queda más que felicitarle y darle la enhorabuena, hay que dejar el resto de cosas al margen".