Alberto Contador (Saxo Bank)28:55

Vincenzo Nibali (Liquigas-C.) a 34''

Michele Scarponi (Lampre-ISD)a 38''

GENERAL

Alberto Contador (Saxo Bank)62h43:37

Michele Scarponi (Lampre-ISD) a 4:58

Vincenzo Nibali (Liquigas-C.) a 5:45

Hoy, etapa 17: Feltre-Tirano (230 Kms.) (15.00 horas, 'ETB-1', 'Marca TV' y 'Veo7')

Nevegal. Para poder disfrutar, Igor Antón no metió el pulsómetro en la maleta con la que viajó a Italia, así que durante todo el Giro no ha visto a qué velocidad pedalea su corazón. Prefirió fiarse de su susurro, escuchar a su cuerpo, las piernas, los pulmones, sentir el aire que respira y recorre su organismo de punta a punta oxigenando sus músculos, esa orquesta que sonó como un piano bien afinado en el Zoncolan, que luego se desajustó en la maratón por los Dolomitas mientras su amigo Mikel Nieve se marcaba un solo antológico y que ayer volvió a recuperar el tono, tras el día de descanso, en la ascensión breve en intensa a Nevegal, 12 kilómetros de cronoescalada dura. Lo de la recuperación lo podrían desmentir las matemáticas y, si lo tuviera, quizás también la ciencia, su pulsómetro, el medidor del sufrimiento: fue 13º a 1:21 de Contador, siempre el mejor. Nunca lo desmentirán, en cambio, los ojos apasionados de Antón ni la sonrisilla sincera, ni sus sensaciones, recobradas, "me siento bien", pese a que la fatiga de un Giro agotador se pega a los músculos como una lapa. "Las fuerzas están justas. No estoy fresco. Pero, ¿quién lo está? Tengo que volver a mejorar un poco si quiero ganar otra vez. No va a ser fácil, pero a ver si podemos hacer un final de Giro bonito". Así disfruta Igor.

Sin pulsómetro pedalea también Nieve, guiado por el instinto que ayer le trazó una ruta de supervivencia pura porque el día de descanso no le borró la paliza del domingo. No encontró el ritmo. Le pesaban las piernas, plomizas. Llegó muerto a la estación de esquí de Nevegal, se desparramó en una silla, a la sombra, y se bebió de un trago una botella de agua con gas mientras le contaban que la agonía había merecido la pena -36º a 2:12-porque había perdido el quinto puesto con Rujano, pero mantenía a raya a Menchov, que le pisa los talones. Acabó el trago y dijo: "Bien, pero hay que ir día a día".

Contador, sublime Metro a metro -2,80 por pedalada ayer en Nevegal, pues llevaba un 36x28, 90 giros por minuto en un dechado de agilidad y frecuencia- va ganando el Giro Contador, que tiene una diferencia sideral, 4:58 con Scarponi, tras lograr ayer su segundo triunfo, el primero vestido de rosa, y sentirse más cerca que lejos de Milán en un viaje en el que también experimenta. "La vida es una historia en la que todos los días se aprenden cosas nuevas". Cosas nuevas como sentir que el dolor puede a la vez tener su reverso gozoso. El masoquismo ciclista del que tanto hablan algunos. "La carrera está siendo realmente dura, durísima. Estoy sufriendo mucho, pero, a la vez, también estoy disfrutando muchísimo", dijo tras dedicarle la victoria en la cronoescalada a Xavi Tondo, uno que se sentía dichoso solo con andar en bicicleta -¿había alguien que disfrutase más que él sintiendo en el rostro la caricia del aire?-. Fran Contador, que sigue estos días el Giro con unos amigos, es otro de los que disfruta de las montañas, el tiempo y las partituras que interpreta su hermano. Resulta maravilloso comprobar cómo no ha perdido su capacidad de asombro con Alberto, del que no le debería sorprender ya nada. "Y, sin embargo, no deja de hacerlo. Cada día me sorprende con algo. Lo de hoy -por ayer- por ejemplo, ha sido increíble", dijo Fran, de quien Alberto podría sentirse igual de sorprendido por su entusiasmo en la celebración, siempre tan efusiva y fraternal, pese a que se ha convertido en algo habitual.

Lo de ayer que tanto sorprendió y maravilló a Fran lo resumió Alberto con la sencillez e indiferencia acostumbrada. Así: una subida progresiva, un tranquilo, tranquilo en el llano -perdía antes de comenzar a subir 35 segundos con Nibali, el mejor en ese espacio- para despegar después en el tramo más duro. "Me ha costado coger el ritmo", dijo más tarde, "pero luego he hecho a tope la subida hasta que me han dado una referencia, 20 segundos mejor que Nibali, y a partir de ahí he tenido más control". Disfrutó.

La línea argumental de lo que queda de Giro pasa por eso, por el control de Alberto y su disfrute. También por el de Antón y Nieve, los escaladores que, colmados tras haber alcanzado el objetivo de la etapa y haberlo multiplicado por dos en una gesta histórica, nada se deben ni nada deben, lo que les descarga de la maldita presión que atora las piernas y las hace un nudo indisoluble en la garganta. Son ciclistas libres; ciclistas sin pulsómetro. Instintivos y bellamente alocados como cuenta Felice Gimondi, un Tour, una Vuelta y cinco Giros, en las largas tardes de sobremesa del Giro que era Tarangu. Gimondi se sienta frente al televisor y rescata para quien le pregunta, sonriente como un aitite con los sobrinos, historias de otros tiempos, los tiempos de Merckx, Tarangu, Julito Jiménez, Andrés Gandarias o Paco Galdos -"¿Que tiene una pizzería en Vitoria que se llama Dolomiti? Habrá que ir un día", dice-. Se descubre también ante Contador, imantado por ese pedaleo inteligente, "ágil y conservando las piernas, muy listo", y encantado por su raciocinio en carrera, aunque eso le aleje de aquellos españoles heroicos y descerebrados y le acerque más al modelo sobrio que impuso Indurain. "En el ciclismo de hoy o se corre para ganar o se corre para el espectáculo. Nunca las dos. No se puede ser Merckx", decía Gimondi.

camino a la gloria Igualmente, sin serlo, sin ser tampoco Indurain, siendo Contador, el ciclista que camina hacia el panteón ciclista imbatido en las grandes desde 2007 -y 72 victorias en el palmarés-, sus rivales corren lo que queda de Giro para ser segundos. Nibali, a quien la locura de ataque del domingo en el descenso del Giau le ha costado no ser el siguiente a Contador, o el primero de los demás, piensa que su carrera es contra Scarponi, que le aventaja en 47 segundos cuando aún quedan dos días grandes de montaña y la crono final en Milán. Scarponi tiene a favor las subidas; Nibali, la contrarreloj y las bajadas, a las que no teme en absoluto Contador. "No me preocupa que me ataquen en los descensos; pero tampoco me fío de que los italianos den por perdido el Giro. Una cosa es lo que digan y otra lo que piensen", dijo Alberto.

Mucho antes de morir, el Chava Jiménez aleccionó una vez a Pablo Lastras, que debutaba en el Giro: "Pablo, estás bien de forma y puedes hacer algo en este Giro, pero antes tienes que saber una cosa. Nunca te fíes de un italiano, porque son capaces de vender a su padre por ganar y luego, con el dinero que consiguen, volver a comprarlo".