PEDREÑA. Los remeros de la trainera de Pedreña han escoltado desde la residencia familiar de los Ballesteros a la familia del campeón y a sus cenizas, en un cortejo fúnebre abierto por un gaitero escocés, en recuerdo de la especial vinculación que Seve tenía con Gran Bretaña, donde es todo un ídolo.

Miguel, Javier y Carmen, los tres hijos de Seve, han portado las cenizas de su padre, tras las que iban los hermanos del golfista, el resto de familiares y los cinco capitanes europeos de la Ryder Cup: Nick Faldo, Bernard Gallacher, Sam Torrance, Colin Montgomery y José María Olazabal.

También, otros compañeros, han querido estar con Seve en su adiós, entre ellos Miguel Ángel Jiménez, Bernhard Langer e Ian Woosnam.

Unas 2.000 personas, congregadas desde primera hora de la mañana en los alrededores de la iglesia parroquial de San Pedro, han recibido con una ovación los restos mortales de Ballesteros, antes del funeral que ha oficiado el párroco de Pedreña, Juan Cuevas.

Al funeral han acudido personalidades de la cultura y el deporte como Miguel Indurain, Emilio Butragueño, Ramón Calderón, Manuel Sarabia, Enrique Ponce, Jan Abascal, Toño Gorostegui, Pedro Munitis, o José Luis Llorente.

Además, han asistido la exmujer del golfista, Carmen Botín, acompañada por sus hermanas, Paloma y Ana Patricia, y su madre Paloma O'Shea, y también han estado en esta despedida los periodistas Michael Robinson, Olga Viza y Matías Prats.

El secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, han acudido también al sepelio, así como otras autoridades estatales y regionales.

En una iglesia completamente llena, cuyos primeros bancos ocupaban la familia y amigos de Seve por "expreso deseo" del golfista, su hijo Miguel ha hablado dirigiéndose a su padre, al que ha dicho que tanto él como sus hermanos "están fuertes" como él les pidió antes de morir.

"Nunca te olvidaremos, haremos lo que nos pediste ser buenas personas y cuidarnos los unos a los otros. Sabemos que estás a nuestro lado y estaremos siempre contigo", ha asegurado Miguel Ballesteros, que ha acabado sus breves palabras con un "Te queremos papá".

En la homilía, el párroco del pueblo que vio nacer a este mito del deporte ha asegurado a su familia que están acompañados por "el mundo entero".

Y así parecía, ya que decenas de medios de comunicación de todo el mundo se han acercado hoy a este pueblo cántabro para, desde primer hora de la mañana -incluso algunos desde ayer-, trasmitir a varios países el último adiós a Seve Ballesteros.

Ante la esperada afluencia de miles de personas a esta localidad, de menos de 1.500 habitantes y la poca capacidad de la parroquia, tres pantallas gigantes se instalaron en los alrededores de la iglesia para que los vecinos de Seve pudieran darle su último adiós.

Las caras de muchos de ellos reflejaban el dolor por la pérdida de su vecino más ilustre, cuyas cenizas reposarán desde ahora en el magnolio que él mismo eligió "antes de irse".