vitoria. "Ha merecido la pena". Diego Martínez de Antoñana, entrenador del Corazonistas, no alberga duda alguna sobre el esfuerzo que han tenido que hacer los miembros del equipo para que Vitoria sea la sede elegida por la Federación Española de Balonmano para albergar la fase de ascenso a Primera Nacional.
Cada integrante de la plantilla colegial ha tenido que aportar algo más de 400 euros para cubrir los 10.000 que exigía la federación para acoger el evento y el técnico del Coras considera "encomiable" el esfuerzo hecho por jugadores y técnicos en "tiempos de crisis", como bien recuerda. "No es fácil con la que está cayendo y en tiempos tan difíciles pedir tal cantidad de dinero, pero cuando se sugirió todos a una dijeron que sí sin dudarlo", agradece. Todos a escote.
El entrenador del campeón vasco de Segunda División no se muestra "sorprendido" por el detalle de sus pupilos, ya que aclara que sabe "cómo es esta gente" y considera a su vez que este tipo de actitudes sirve "para cohesionar más al grupo".
Por eso, Martínez de Antoñana recalca que el esfuerzo económico que ha hecho el Corazonistas para jugarse el ascenso a Primera ante el calor de su público "sí que ha merecido la pena". Ahora, los miembros del cuadro colegial esperan recabar apoyo institucional y de empresas para recuperar parte de la inversión realizada. Eso sí, aunque al final puedan llegar diferentes ayudas y el esfuerzo económico de cada miembro de la plantilla se reduzca en parte, el entrenador del Coras quiere dejar claro que "el gesto ya está hecho y la voluntad que hay en el equipo es clarísima". No hay dudas.
El Corazonistas tenía bien claro desde un principio que quería jugar esta fase de ascenso en casa para tener más opciones de subir a Primera, la categoría de bronce del balonmano. Por eso han hecho este esfuerzo. "Todos estaban por la labor de darlo todo, ya que por encima de cualquier cosa tenían asumido que estaba el objetivo del ascenso y por eso te preguntabas si hasta este extremo. Pues bien, he visto que hasta este extremo", agradece de nuevo Martínez de Antoñana.
23 AÑOS DESPUÉS Y es que para el entrenador del conjunto gasteiztarra era fundamental disputar esta fase de ascenso en casa los próximos días 6, 7 y 8 de mayo. "Para nosotros jugar en nuestro pabellón es algo mágico. Hace seis años se nos escapó el ascenso aquí y cada uno guarda en su memoria cómo fue aquello. Es algo que ha quedado en el debe de la memoria colectiva del Corazonistas y queremos que ese debe pase al haber", explica.
Hay ganas de revancha. De sacarse esa espina vivida en 2005. Entonces, algunos de los jugadores que ahora pelearán por subir a Primera lo vivieron desde la grada. "Por aquella época serían infantiles o cadetes", rememora Martínez de Antoñana. Otros, casos de Otxoa, Carrasco, Atxa, Aitor Romero y López de Sosoaga, los veteranos, sufrieron el desencanto a pie de cancha. Ahora, todos ellos quieren devolver a un equipo alavés a Primera 23 años después. Ha pasado mucho tiempo sin que un conjunto provincial milite en la tercera categoría del balonmano español. El histórico Caja Vital en 1988 fue el último en hacerlo.
Ahora el Corazonistas quiere llenar su hueco. Sus rivales en su asalto a Primera serán el día 6 el Colegio Maravillas, segundo del grupo madrileño y a priori el rival más fuerte, el sábado 7 se medirán contra el Balonmano Logroño, primer clasificado del grupo riojano, y el domingo 8 contra el Ardoi, campeón del grupo navarro. El sistema de competición es sencillo. Se disputa una liguilla de todos contra todos y el premio del ascenso es para el primero. Eso es lo que busca el Coras.
Diego Martínez de Antoñana lo ve posible. "Con el ambiente y la euforia que hay, se puede ser optimistas, pero también hay que ser cautelosos", avisa. Y es que el técnico colegial entiende que su equipo "tiene opciones", habida cuenta del "buen nivel" mostrado a lo largo de toda la campaña", pero prefiere mostrarse a "la expectativa", ya que en una fase de ascenso, "todo puede pasar".