Vitoria. Mikel Landa tiene previsto someterse hoy a nuevas pruebas médicas para confirmar si, como es su deseo, la mejor solución para su rotura de clavícula es pasar por quirófano en los próximos días. El alavés no quiere que la lesión que se produjo el pasado fin de semana en Murcia trastoque sus planes para la temporada, y confía en que la cirugía le permita retomar los entrenamientos en un plazo de dos o tres semanas para, con suerte, poder participar en la Vuelta a Asturias que se celebrará a finales del mes de abril. Un contratiempo inesperado para un corredor que disputaba en tierras murcianas su tercera carrera como profesional en las filas del Euskaltel-Euskadi.
Y es que el infortunio se cebó con él durante la carrera. El ciclista alavés sufrió una dolorosa caída en la bajada del Collado Bermejo que trajo como principal consecuencia la rotura de su clavícula derecha. El joven corredor salió despedido por encima del quitamiedos de la carretera con tan mala fortuna que acabó golpeando su hombro contra un árbol. Una caía en la que tuvo como compañero a Mauricio Soler, del Movistar Team, que se vino abajo en el mismo punto, a unos cinco kilómetros de la línea de meta, y sufrió un fuerte golpe en la rodilla derecha. Además, Rubén Plaza también sufrió una doble fractura en la tibia y el peroné.
en cabeza Tras precipitarse contra el árbol, Landa fue trasladado a un centro hospitalario de la capital murciana en la que los médicos confirmaron el peor de los augurios: el ciclista nacido en Murguía sufría una rotura en la clavícula derecha. Por si fuera poco, el desgraciado incidente tuvo lugar mientras Mikel Landa pedaleaba colocado entre los veinte primeros corredores de la etapa, con posibilidades de cuajar una gran actuación en la segunda jornada de una Vuelta a Murcia en la que acabó imponiéndose el madrileño Alberto Contador.