PARÍS. La Federación de Israel, país que disputará dos partidos contra Letonia y Georgia los próximos 25 y 29 de marzo en el marco de la clasificación para la Eurocopa de 2012, le ha dado al técnico hasta el 4 de marzo para solucionar su actual situación.

El ex entrenador del Athletic Bilbao, Espanyol y Betis, entre otros, se encuentra todavía en medio de un conflicto financiero con el club qatarí Al-Rayyan, al que dirigió desde junio a noviembre de 2005, antes de hacerse cargo del Bétar de Jerusalén.

Según el Al-Rayyan, Fernández debe a ese equipo de Qatar la compensación de 400.000 euros para dejar el club.

"No sé lo que ha pasado, lo que ha podido ocurrir entre dirigentes", dice Fernández en una entrevista publicada hoy por el diario "L'Équipe".

Asegura, además, que tiene pruebas de las transferencias del Bétar al equipo Al-Rayyan porque "había acuerdo entre los dos clubes para saldar la indemnización", como se refleja en el contrato que le ligó al equipo israelí.

El seleccionador critica que la FIFA "no ha querido organizar la mínima reunión" entre él y los clubes ni "llevar a cabo una investigación", que le señale como "el único concernido" y que finalmente haya optado por suspenderle.

"Es mi imagen lo que defiendo", dice Fernández, que asegura que él es la víctima en este litigio que dura cinco años y que él siempre intenta "hacer las cosas correctamente".

Sin embargo, su puesto al frente de la selección de Israel está condicionado a que el contencioso se solucione antes del próximo viernes.

"En lo que respecta al aspecto financiero o penal de este caso, duermo como un bebé (..). Pero lo que me corroe es que se me impide trabajar", dice el técnico, que revela que la Federación Israelí le ha dado "hasta el próximo 4 de marzo para encontrar una solución", por lo que sus abogados trabajan en dos estrategias legales.

La primera pasa por denunciar a la FIFA "en una jurisdicción nacional para obtener la anulación de la sanción" o su invalidez hasta que finalice el contencioso, explica a ese diario el letrado Jean-Jacques Bertrand.

Si no surte efecto, el siguiente paso sería llevar a Suiza ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para denunciar "un proceso injusto y una violación de las libertades fundamentales, a menos que se alcance una solución rápida", agrega.