Moreda. "¡Buah!", exhala un suspiro Mikel Nieve, incrédulo, estremecido en el mirador de Peña Cabarga, incapaz de masticar lo sucedido, reacio a admitir que Igor Antón, el líder próspero, el más fuerte, el mejor, se ha quedado ahí abajo, atornillado al asfalto. "¡Buah!", repite apesadumbrado, hundido, casi sollozando, consciente de que todo se ha perdido, de que nada importa ya, de que, incluso, quizás sería mejor irse todos para casa. "¡Buah!", vuelve a escupir dos días después en Cotobello, puerto final de la etapa reina, esta vez eufórico, en una nube el leitzarra tras rematar el extraordinario trabajo de Euskaltel que alcanza su tercera etapa en la Vuelta, el techo que estableció Samuel en 2007. ¿Qué ocurrió para semejante vuelco al corazón? La catarsis es una conjura.

La noche cae lánguida en Hoznayo, en el hotel Villa Pasiega donde se recluye Euskaltel-Euskadi. Falta el líder, falta Antón y su gracia. La tragedia empapa los corazones de los ciclistas. La cena es un velorio. No hay ganas para nada. Mastican la desgracia con desdén. La rabia aún no ha aflorado. Los chicos están desorientados, atascados, pensando en la oportunidad perdida. Creen que todo ha sido demasiado macabro, demasiado injusto. Que la Vuelta estaba encarrilada. Que habían pasado lo peor, el viento, las emboscadas, y que lo que quedaba, la montaña, era casi exclusivamente cosa de Antón, que se ha ido y les ha dejado, de repente, huérfanos. Les cuesta asimilar que esto sigue, que queda una semana. Se les hace imposible imaginarse para qué demonios van a seguir dando pedales.

La mañana de Hoznayo es igual de triste que la noche. Gorka Gerrikagoitia, el director que ha aprendido a moverse entre coches con soltura en las clásicas del norte y que ha guiado con maestría a Antón durante dos semanas, ha amanecido antes que el día perseguido por las pesadillas y la angustia le ha hecho convencerse que de nada sirve el lamento. Que hay que levantarse. Y que para ello, más que cualquier charla, más que una soflama incendiaria y filosófica, hay que sacar la rabia por Dios, es necesario algo más contundente. El equipo necesita otro líder que destierre el sentimiento de orfandad que les anula. Busca un nombre. Un norte.

El elegido es Mikel Nieve, 26 años, escalador, de Leitza, el pueblo que vivió, como toda Nafarroa, como todo Euskadi, el boom de la era Indurain en los 90 como un espejismo. Cuando el campeón se fue, se llevó con él las bicicletas. Quedó lo de siempre. Leitza vive en torno a la iglesia de San Miguel y un frontón que no duerme. Siempre hay algún chaval golpeando la pelota. "Es el deporte nacional del pueblo", dice Nieve, que no se bajó de la bicicleta y se quedó como algo extraño y único en el pueblo de Abel Barriola y Bengoetxea VII, de Iñaki Perurena y Mikel Saralegi. Tipos de piedra.

Como Nieve, el elegido de Gerrikagoitia. Ayer por la mañana le miró a los ojos, le puso la mano en el hombro y se lo dijo. También, que no estaría solo, que el equipo trabajaría para él como antes se había entregado por Antón. "No tenemos nada que perder. Tenemos que apostar fuerte y tiene que ganar Mikel", les alecciona el muxikarra en el bus. El mensaje ha calado. Antes de escalar San Lorenzo, Juanjo Oroz, talla navarra, corpulento y zancudo, se cuelga del grupo que lidera Luis León Sánchez. Al poco parten como exhalaciones Amets Txurruka y Mikel Nieve, que han asumido con valentía el riesgo, que son conscientes de que la que acaban de comenzar es una de esas aventuras locas que se dibujan con sencillez en la pizarra y que raramente tienen el final deseado. No temen perder nada porque nada tienen desde la tragedia de Antón. Los dos escaladores vascos hoyan San Lorenzo a minuto y medio del grupo del murciano. En la cima les espera impaciente Oroz, que se lanza como un poseso cuesta abajo. Sigue la locura.

la odisea La mantiene viva el gigantón navarro, que ha llevado a los pequeños escaladores hasta el grupo cabecero del que tira como un poseso hasta caer reventado al comenzar a subir La Cobertoria. Txurruka, pequeño y alado, todo coraje, toma el relevo. Atrás Roman Kreuziger, piernas de Tour elegantes y poderosas, defiende a Nibali de los ataques de Frank Schleck, que asoma, al fin. Vuelve a hacerlo el luxemburgués, tras el primer fiasco, en Cotobello, esta vez más contundente. Nadie le sigue. Sastre, pero el abulense es más corazón que piernas.

Por delante vuela Nieve al que ha arrastrado Txurruka por toda la cuenca minera y ha lanzado en Cotobello con dos minutos y medio de margen con el grupo de favoritos. La locura no lo es tanto. Luis León es el único que se interpone, pero Nieve, el último hombre de Antón en la montaña, debutante en una grande pero escalador contrastado, le deja cuando faltan ocho kilómetros y medio y vuela hacia la cima. A menos de tres kilómetros mantiene una veintena de segundos con el murciano. "Vas de cojones", le grita en la oreja Galdeano, que ha sacado medio cuerpo por la ventanilla trasera del coche, que le señala los piñones pidiéndole algo más de cadencia. Nieve mueve un desarrollo brutal. Sube así. Por fuerza. Claro, es de Leitza.

En la cima de Cotobello sigue en pie la jefatura de explotación de las minas de Hunosa. El edificio, ahora un bar que regenta José, es la imagen del abandono. Así se sintió Euskaltel cuando cayó la noche del sábado sobre Hoznayo. Así se sintió Nieve en Peña Cabarga cuando exhaló aquel suspiro de desconsuelo, "¡buah!". Cuando lo repitió ayer dos días después, "¡buah! Esto es increíble", Euskaltel le había dado la vuelta.

Se echaba las manos al casco, incrédulo aún Nieve, cuando entraron retorciéndose los favoritos, todos desperdigados, trémulos, reventados. El primero Purito, que sacó petróleo del ataque postrero de Mosquera, lanzado a kilómetro y medio, que desencajó a Nibali, el líder que ya no lo es porque se dejó 37 segundos con el catalán, que le saca 33. A 53 está Mosquera. Los tres, podio seguro, se juegan la Vuelta en dos etapas: la crono de mañana en Peñafiel y la subida, el sábado, a la Bola del Mundo.

ETAPA

Mikel Nieve (Euskaltel-Euskadi)4h.51:59

Frank Schleck (Saxo Bank)a 1:06""

Kevin De Weert (Quick Step)a 1:08""

GENERAL

Joaquin Rodriguez (Katusha)70h.24:39

Vincenzo Nibali (Liquigas-Doimo)a 33"" E. Mosquera (Xacobeo Galiciaa 53""

Hoy, jornada de descanso.