Una historia conocida

España80

grecia72

ESPAÑA: Rubio (6), Navarro (22), Fernández (14), Garbajosa (5), Gasol (3) -cinco inicial- López (5), Llull (9), Mumbrú (3), Reyes (6), Vázquez (6).

GRECIA: Zisis (16), Spanoulis (12), Diamantidis (16), Fotsis (12), Schortsanitis (13) -cinco inicial- Bourousis (2), Calathes (1), Perperoglou (0), Tsartsaris (0).

Parciales: 22-19, 37-31 (descanso), 52-51, 80-72.

Árbitros: Carrión, Kennedy y Mercedes. Eliminaron a Zisis y Spanoulis.

Incidencias: 9.000 espectadores en el Sinam Erden Arena de Estambul..

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roberto calvo

En el Mundial que está exaltando la defensa en zona, España se aferró a ella para colarse de nuevo en los cuartos de final y ganar credibilidad en la defensa de su título. El conjunto de Sergio Scariolo mató a Grecia con ese dispositivo que a veces es sinónimo de un espíritu débil, pero que ayer provocó un colapso en el ataque de los helenos. No será por falta de costumbre ya que Grecia lleva atacando zonas desde el primer minuto del primer partido ante China. Un día más, los jugadores de Jonas Kazlauskas fueron incapaces de atacar la zona 2-3 que el seleccionador español ordenó a ratos y con un plan perfectamente establecido desde el banquillo.

Contra Big Sofo Schortsanitis, defensa individual, no importaba que recibiera cerca del aro. Con Bouroussis en el campo, zona porque el pívot del Olympiacos acostumbra a moverse por el perímetro. En la primera parte, ya había habido un asomo de las sabidas dificultades de los griegos para atacar esa defensa con un movimiento de balón adecuado, no sólo con tiros exteriores.

España, que tardó en encontrar el hilo del juego, lo aprovechó para tomar la delantera en el segundo cuarto con los jugadores de banquillo, que ayer estuvieron brillantes y contribuyeron a elevar la intensidad. Reyes y Vázquez mejoraron de largo las prestaciones de Gasol y Garbajosa, sobre todo en el rebote, y Raúl López puso su experiencia con una sabia dirección.

Los titulares salieron distraídos y blanditos y se dejaron comer la diferencia a la vuelta de vestuarios con un parcial de 0-8 que devolvió la delantera a Grecia. En esos minutos, los helenos encontraron la inspiración tras llegar al descanso sin ningún triple anotado. Cambió la dinámica con un parcial de 4-13 que puso a Grecia con su máxima renta (45-51) tras una canasta de Zisis, el más atinado.

en el momento justo Scariolo había empezado a meter a su segunda unidad y mandó de nuevo la zona en el momento justo. Parece paradójico, pero la defensa frenó en seco a un equipo en racha que siguió tirando con cierta comodidad, pero sintió el miedo repentino al fallo porque, en realidad, ellos no querían estar allí. Fue una cuestión de fortaleza mental. España se sintió cómoda en el filo de la navaja, como siempre, y Grecia perdió el control y la confianza, pagando la penitencia de su falta de escrúpulos.

Cinco tiros fallados de forma consecutiva empezaron a hacer mella en los de Kazlauskas, que tardó en darse cuenta de que Schortsanitis debía estar en el campo, pero se olvidó de colocar un distribuidor en el poste alto. El partido caminaba en el alambre, pero el mal para los helenos ya estaba hecho. Ni siquiera hacerse con algún rebote largo mejoró sus prestaciones. Con 61-57 y algo más de cuatro minutos por delante, España recuperó dos balones seguidos en la primera línea de pase y pegó un acelerón con el que recuperó su máxima ventaja de ocho puntos (65-57).

Grecia estaba derrotada, abandonada por el coraje que suelen mostrar sus jugadores con el viento a favor, y llevar el desenlace a un carrusel de tiros libres sólo alargó la agonía. Spanoulis puso el 72-68 a un minuto del final, pero en cuanto el balón cayó en manos del renqueante Navarro y el capitán se colocó en la línea, firmó el finiquito. España se llevó la revancha de la final de 2006, como todas las veces que se ha medido a Grecia en los últimos siete años. Gracias a una zona, los campeones del mundo se mantienen en la zona donde se empiezan a repartir las medallas y acuden a los cuartos de final en busca de Serbia en otra revancha, ésta de la final del Eurobasket del año pasado.

Ricky Rubio da un pase por encima de la cabeza salvando la defensa de Fotsis. Foto: efe