ABU DHABI . El Estudiantes de La Plata argentino se convirtió ayer en el primer finalista del Mundial de Clubes de la FIFA tras vencer al campeón asiático, el Pohang Steelers, en un encuentro loco (1-2) en el que los coreanos acabaron con ocho jugadores sobre el terreno de juego y, ya en minoría, ajustaron el marcador.

El partido fue claramente para los argentinos, que tuvieron el control del balón y también las mejores ocasiones del partido, casi en propiedad. Comandados por la brujita Verón, que no erró casi ningún pase, salieron a por el encuentro desde el primer minuto y sólo la mala suerte de cara a gol evitó que sentenciaran antes el partido.

Los coreanos pagaron muy caro el hecho de jugar con demasiada dureza. El colegiado Rosetti, uno de los más destacados de la UEFA, estuvo acertado de cara a cortar el juego duro y no se encogió a la hora de mostrar tarjetas, cargando a los coreanos con siete amarillas y una roja directa, dejando al equipo con 8 jugadores y con Denilson, autor del gol coreano, bajo los palos tras ser expulsado el portero y no disponer de más cambios. Benítez fue el autor de los dos goles de un muy superior cuadro argentino. No en vano, los de Mar del Plata dispararon 19 veces, 7 de ellas a puerta, por sólo 7 remates del Pohang.