donostia. Continúa Martínez de Irujo, sudadera roja y rostro relajado, con la política de silencio sobre el material, cuestión que el delantero navarro prefiere dejar para después de la final "porque el comportamiento de las pelotas cambiará mucho de hoy (por ayer) al martes. Ahora el frontón está frío, pero el día de la final el frontón estará caliente y las pelotas tendrán otro comportamiento, así que ya se verá". Más que los lotes de cuero, a Martínez de Irujo le preocupa Sebástien Gonzalez "que ya me ganó en Zarautz y el martes puede volver a hacerlo tranquilamente. Sebas está atravesando un momento dulce de juego e incluso si le pega con la punta del dedo hace buena". Cree el delantero de Ibero, al que las apuesta dan por campeón, que la final "está al 50% y yo no soy el favorito para nada. Tendré que jugar lo que sé y un poco más para poder ganarle. Si el pone su ritmo, estaré corriendo de aquí para allá, bailando al son de su música. Tengo que intentar mandar en el partido".
Más baqueteado que su rival en las finales, no piensa el de Ibero, sin embargo, que a Gonzalez le pueda la ansiedad de digerir su primer gran partido. "Estoy seguro de que Gonzalez no se va a achantar en medio del frontón por ser su primera final. Tal vez me asuste yo, nunca se sabe. Los nervios están ahí y si salen ese día, no tienes nada que hacer, apaga y vámonos". Rescata la memoria de Juan, que vive del "presente y del futuro" a pesar de su colección de coronas, algo para la vitrina, pero, sin recorrido en el día a día, que "en la primera final que jugué la recuerdo muy bien. Para cuando me di cuenta íbamos perdiendo 15-4, pero no creo que a Sebas le pase".