En el contacto cercano con el público en escenarios tan diferentes como el Dazz, la Catedral Santa María o la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa es donde Fanny Desk ha venido construyendo el camino.

Por supuesto, la senda del directo es la que quieren seguir recorriendo Maite Arciniega y Jimmy Bidaurreta a futuro, aunque desde ahora suman en su particular mochila un disco, el primero.

Un álbum homónimo en el que plasmar la particular apuesta de ambos artistas, esa aparente cuadratura del círculo musical que, en realidad, tiene sólidas bases y cimientos lógicos.

Son 14 las canciones de un trabajo que va a estar disponible tanto en la versión digital como en formato físico (CD)

Son un total de 14 las canciones que componen una producción que va a estar disponible en plataformas gracias a su versión digital, aunque también hay ejemplares en formato físico, más en concreto en CD, que incluye pequeños textos, “notas sugerentes” sobre cada pieza. Esa breve presentación es algo que también se da en los conciertos. Al fin y al cabo, “todas las canciones tienen una historia detrás”.

Sucederá así, a buen seguro, este jueves en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba). Allí, a partir de las 20.00 horas y quedando todavía algunas pocas invitaciones disponibles, se producirá la presentación oficial del álbum. “Será un espectáculo muy bonito, cercano, íntimo”, avanzan. Será, también, una buena oportunidad para quienes todavía no conozcan esa apuesta tan singular.

“Nos movemos entre dos aguas, entre dos mundos diferentes, entre músicas supuestamente antagónicas”

Al fin y al cabo, en su propuesta “la gente se encuentra una superposición. Hace coincidir la clásica con otros tipos de música moderna sin que ninguno pierda sentido”, señala Arciniega. “Es como un mashup para un Dj”, añade Bidaurreta, en referencia a esa unión de dos o más canciones –descrito en muy pocas palabras– que son diferentes pero que suenan bien juntas. “Nos movemos entre dos aguas, entre dos mundos diferentes, entre músicas supuestamente antagónicas, que tienen unos ritos musicales, cada uno los suyos, igual de cuestionables todos”.

Con Mozart y Nina Simone

Voz y piano dialogan. Lo hacen en una conversación abierta en la que, por ejemplo, Mozart y Nina Simone pueden coincidir en el mismo tema. “Las dos cosas mantienen su personalidad totalmente, no se fusionan.

No solo en la música, las cosas opuestas pueden funcionar perfectamente sin interferirse ni perder su identidad, simplemente pueden cuadrar”, apunta Bidaurreta. De hecho, “ni yo hago un canto moderno, ni Jimmy toca el piano a lo clásico. Cada uno se mantiene firme en su disciplina, donde ha desarrollado su camino”, suma Arciniega.

Ahí surge un “espacio interesante” en el que investigar y jugar, una “propuesta un tanto subversiva para los canales habituales” de los programadores de conciertos, aunque la idea, y de ahí también el disco, pasa por llevar la propuesta a otros territorios y ciudades.

Lugares en los que “recuperar el efecto catártico de la música, que salgas del concierto de otra manera”. Eso mientras el dúo sigue explorando en una propuesta que también es un reto para ambos. El camino no se detiene. Al contrario. Y en la senda, este jueves toca ponerse de estreno.