“Va a ser un programa variado, con momentos distendidos y otros más exigentes. Seguro que el público va a disfrutar”. Luis Orduña, director de la Banda Municipal de Música de Gasteiz, lo tiene claro de cara al nuevo encuentro que la centenaria formación va a tener este miércoles con el público. De hecho, el punto de partida en taquilla ya habla de esa respuesta de la gente. Solo quedan entradas en el anfiteatro segundo del Principal y tampoco no muchas.
Para quienes vayan acudir, cabe recordar que el recital, como siempre, arrancará a las 19.30 horas. A lo largo de esta temporada de abono, la Banda está vinculando sus programas a diferentes artes como la arquitectura, la danza o la literatura. Pero en esta ocasión, es la propia música la que manda. Lo hace con tres obras seleccionadas bien porque no tienen una vinculación temática con nada, bien porque son los sonidos su principio y fin. Con todo ello se conforma Solo (Música).
Así, los primeros pasos de la actuación discurrirán con Seis Manuel Islas y montañas, de la compositora, clarinetista, directora y productora Shelley Hanson. Es “una obra desenfadada” con un “ambiente latino” que casi supone una invitación al baile, aunque en el Principal no vaya a ser así.
El oboe, protagonista
Así se llegará a un momento especial por partida doble. Primero porque la Banda sigue desplegando su colaboración con Oscar Navarro como compositor residente esta temporada, una figura que la centenaria agrupación acaba de poner en marcha. Segundo porque en esta ocasión va a contar con la presencia especial de José Antonio Masmano al oboe.
De su mano se interpretará Legacy, pieza de Navarro “de una gran complejidad técnica”, como explica el propio Masmano, quien destaca que en los últimos tiempos está generándose un repertorio más interesante para banda que para orquesta, siendo este Legacy un buen ejemplo en este sentido.
“Para el músico es una obra de mucho peso, de pasajes con una velocidad extrema. Hay frases muy largas y tienes que recurrir a diferentes técnicas de respiración”, describe Masmano. Eso sí, “el público va a disfrutar” con ese reto que afronta el intérprete.
El broche, más allá del bis si es que el público quiere, llegará con Sinfonía nº4 de David Maslanka, “una obra espectacular”, como la define Orduña, quien se declara “fan” de la música del creador de Estados Unidos, fallecido en 2017. “Es una propuesta compleja para los músicos que, sin querer asustar, pide atención y concentración al público”, dice el directo.
Así sucederá en este nuevo recital de una temporada que está justo en su ecuador, una programación de la que “estamos haciendo una buena valoración”, según la concejala de Cultura, Sonia Díaz de Corcuera.