Hace dos semanas que dejó sorprendido con sus trucos de cartas al mismísimo Aker, en el intermedio del partido que enfrentó al Baskonia contra el Manresa en Vitoria, y este sábado, a partir de las 19.00 horas y con un precio de entrada de 12 euros, llegará al escenario de Amurrio Antzokia, dispuesto a hacer lo propio con las personas que se acerquen a “disfrutar y sentir” la gala de magia que “con especial ilusión” lleva preparando los últimos meses.

Es el ilusionista de Laudio, de tan solo 20 años, Peio Rivas. Un nombre que ya empieza a sonar con fuerza dentro del sector de espectáculos de nuestra provincia, tras su paso por la última edición del Magialdia gasteiztarra y, sobre todo, a raíz de los muchos campeonatos de magia, a nivel nacional e internacional, que lleva ganados en los últimos dos años, pese a su juventud, y que le han llevado a recorrer no solo el Estado español, sino también buena parte de la geografía europea, e incluso Costa Rica y México.

De hecho, ha conseguido ser Premio Nacional de Magia en España, Francia, Portugal e Italia, aunque su último triunfo fue ganar el MagicMania de Letonia el pasado octubre en Riga, donde compitió contra “auténticos ídolos”, reconoce abrumado quien también logró el pase del jurado de Got Talent España en 2022.

“Desde finales del año pasado ha sido un no parar, la verdad es que ya ni recuerdo donde he estado. Si me cuentan lo que iba a vivir, cuando hace unos siete años, a raíz de una lesión de tobillo me vi obligado a dejar apartado el fútbol durante unos meses, y me adentré en el mundo de la magia viendo la tele, juro que no me lo hubiese creído. Bueno ni yo, ni nadie”.

En el descanso de un reciente partido del Baskonia. | FOTO: CEDIDA

Del descrédito a la admiración

“Al principio, actuando en las calles de Laudio con mis cartas, poca gente me tomaba en serio. Ni siquiera mis padres, que creían era un hobby pasajero, pero ahora son los primeros en querer ver mis espectáculos y venir conmigo a todos los sitios”, apunta orgulloso, quien sueña con lograr tener una temporada de actuaciones en Las Vegas o un espectáculo fijo en la Gran Vía madrileña, siguiendo las huellas de grandes como Siegfried & Roy, Lance Burton, Harry Houdini, Dai Vernon o David Copperfield, en el plano internacional, o los españoles Juan Tamariz, Jorge Blass, Luis Piedrahita, Yunke o su propio referente: Antonio Díaz, el Mago Pop.

“Lo cito porque es espectacular, aunque yo le debo todo a Imanol Pérez de Albéniz que, aunque no da clases, a mí sí me aceptó como discípulo por mi interés. De hecho, él fue quien me enseñó a presentar un buen juego o truco y a dar forma al espectáculo con el que he ganado varios concursos, y que será el que lleve a Amurrio”, dice.

Rivas recurrió al mago gasteiztarra tras verle actuar en un festival de magia en Bilbao, a finales de 2018. “Hacía aparecer, desaparecer, cambiar de color y de tamaño las cartas en un escenario, y eso me dejó flipando”, recuerda, quien comenzó a formarse a partir de tutoriales por YouTube, aunque también pasó tres años en una academia en Bilbao, que cerró a raíz de la pandemia, “donde me enseñaron todo lo que envuelve a la magia, incluido psicología, pero poco o nada de mi especialidad: la manipulación, porque a mí me dio por las cartas, pero hay muchas desde escapismo hasta mentalismo”, aclara.

Gala multidisciplinar

De aquí que en la gala de magia navideña que, con tanta ilusión, ha organizado para Amurrio no solo vaya a estar él en el escenario, sino también otros cuatro magos de Segovia, Cantabria, Zaragoza y Pamplona, que harán del evento un completo de especialidades del ilusionismo.

“Hodei Domingo hará las presentaciones de cada número, pero como también es mago, nos asombrará con algún que otro truco y su sutil toque de humor; Alejandro Revuelta es mentalista y nos dejará pensando durante varios días cómo ha podido hacer lo que hará en el teatro; Rubén Díaz nos dejará helados con sus ilusiones a base de aparatos de gran tamaño, en plan partir gente por la mitad y esas cosas –ríe–; y Héctor Sansegundo acercará su show de magia cómica, con el que no podremos parar de reír”, resume Rivas que, por su parte, acercará su archipremiado, pero “nunca antes presentado por aquí”, número de manipulación, considerada la rama más difícil de la magia, donde únicamente intervienen las manos y la música.

Un sobre y una hoja en blanco serán suficientes para asombrar al público y dejarlo con ganas de más. Un acto visual y original en el que el público verá aparecer, desaparecer y cambiar de color tantas cosas como crea posible.

Peio Rivas. | FOTO: BORJA GUERRERO

“Espero que podáis asistir, me haría una ilusión enorme poder no solo ver que disfrutáis de la magia sino sentirla con vosotros”, apunta quien, eso sí, se reserva para su pueblo, Laudio, la presentación de su nuevo espectáculo en El Casino del Parque Lamuza y en dos sesiones gratuitas, previstas para el 29 de diciembre y el 4 de enero.

“Aún no le he puesto ni nombre; es una mezcla de magia musical, con cartas, cuerdas, anillos y hasta cascos de música, en diferentes trucos en los que también empleo mentalismo, sumado al sorteo de un premio de mil euros”, adelanta Rivas. En 2024, el nuevo show girará por las tres capitales vascas en un formato mayor.

Magia de cerca

Además, las localidades de Okondo, Artziniega y Orduña, recibirán a este mago con su show de pequeño formato Sin trampa ni cartón, un espectáculo completo de magia de cerca, pensado para un público familiar y adulto en el que una multitud de efectos mágicos sucederán a escasos centímetros de los ojos del espectador, donde Rivas mostrará lo mejor de su repertorio.

Primero será Orduña el 21 de diciembre, después Okondo el 23 y por último Artziniega el 26. Esta recta final de año e inicio del siguiente, asimismo, también le van a llevar a Valencia, Zaragoza, Laredo, Beasain, Legazpi, Zarautz, Renteria y Gasteiz, entre otros lugares.

Un no parar para esta joven promesa alavesa del ilusionismo que, mientras estudia un grado de marketing y publicidad “para buscarme la vida si no logro poder vivir al 100% de mi pasión”, no olvida a aquel muchacho que “por suerte, se lesionó” y cambió el balón por las cartas, atraído porque la magia “puede hacer feliz a la gente con muy poco” y causar sorpresa, en el sentido de que “lo que a primera vista parece imposible, resulta real”, apostilla.