A The Northagirres, como les pasó a tantas otras bandas y artistas, la pandemia les pilló justo cuando acaba de ver la luz su último disco, Cavaré (Folc Records). Ahora, cuando nuevas canciones están tomando forma, el grupo regresa a la capital alavesa para adueñarse este sábado de Hell Dorado. El particular infierno de la calle Venta de la Estrella abrirá sus puertas a las 13.00 horas. Allí estarán esperando Iñigo Agirrebalzategi (voz y guitarra), Aitor Godoy (guitarra), Ana Agirrebalzategi (piano, Hammond y coros), Julen Makazaga (batería y coros) y Borja Aranburu (bajo y coros).
Es un lugar Hell Dorado que ustedes ya conocen, aunque hayan pasado cuatro años desde su última visita. Solo que esta vez regresan de mediodía. ¿Es una buena hora para el rock?
No lo sé, espero que sí (risas). Como público, he estado un par de veces en Hell Dorado viendo algún concierto de estos de mediodía y en ambas ocasiones he estado bien. Vale, igual no está la sala llena como a las noches, pero lo cierto es que ya acude gente, está bien para ser mediodía. Para el músico, al final, una vez que estás sobre el escenario, es parecido tocar a una hora o a otra. Lo único es que hay que ir un poco pronto para hacer el montaje y las pruebas, pero bueno. Una vez que empiezas a tocar es igual.
En su última visita no estaba todavía publicado ‘Cavaré!’. Salió poco después, justo antes del parón por la situación sanitaria. ¿Un disco perdido o cómo lo han vivido?
Pues la verdad es que fue una faena. Justo nos llegó el disco para lanzarlo en marzo de 2020. Teníamos ya seis conciertos de presentación confirmados. Además, creo que uno de ellos era en Hell Dorado. Todo se canceló. Sí que vendimos por online y tal en su momento, y ahora cuando hemos hecho conciertos, también, pero... Es que es un álbum que publicamos hace tres años y ya estamos aburridos de esas canciones, aunque realmente en directo las hemos tocado muy pocas veces. Son canciones que se nos han quedado viejas que hemos ensayado mucho en el local, pero que hemos tocado poco en conciertos. Ahora, además, estamos haciendo canciones nuevas para ver si cogemos otra vez el ritmo de volver a grabar algo.
Es un disco que, además, la banda había cuidado de manera especial, en el que se había invertido mucho tiempo, cuidando muchos detalles, arreglos...
Lo grabamos en los estudios Garate de Andoain, además con Ana y los teclados desde el principio de todos los temas, no como en el anterior álbum. La base de ambos trabajos está grabada en directo, pero es verdad que en Cavaré había más trabajo de arreglos y detalles.
Con las canciones nuevas se está pensando en sacar disco en 2024 o ir lanzando poco a poco.
No sabemos todavía. Tenemos como unas seis que están a medias y con las que estamos trabajando. También hay que tener en cuenta que es mucho gasto el grabar todas las canciones y hacer las copias de vinilos y demás. Así que igual sí que sacamos alguna solo en digital... pero, por ahora, no lo sabemos. Y tendremos que hacer algún vídeoclip, que no tenemos (risas). Dicen que eso siempre vende un poco más. Bueno, tenemos un vídeo que nos hizo hace poco un amigo fotógrafo, Javi Alonso. Nos ha estado sacando fotos en los últimos conciertos y ensayos e hizo un vídeo con esas imágenes. Pero tendremos que hacer algo porque ahora parece que todo es sacar una canción con su vídeo y ya está.
¿Es un poco extraño, no?
Sí, sí. Es que nosotros estamos acostumbrados a escuchar un disco. Lo que sabemos hacer es componer unas cuantas canciones y grabar un álbum. Pero igual resulta que ahora no hay que hacerlo así.
Son ya once años de camino con esta banda, y cuatro discos publicados. ¿Contentos con lo hecho o mejor no mirar atrás?
Sí, sí. También hay que tener en cuenta que no vivimos de la música, más allá de que el compromiso con el grupo esté ahí. De hecho, cuando alguno no ha podido estar disponible, hemos decidido parar un poco y ya está.
Lo que hay después de este tiempo es un sello bien claro en el sonido del grupo.
Sí. Tal vez el primer disco fue un poco más acústico, un poco más suave. Pero en el resto... Igual puedes encontrar unas canciones que tiran más al rock y otras más al rock clásico, pero siempre nos movemos dentro de esos espacios comunes.
Todo eso con un quinteto en la época en la que las bandas cada vez tienden a ser más pequeñas.
Nos compramos buena furgoneta para eso, que al principio íbamos a los conciertos en tres coches y era una pequeña locura (risas). l