El compromiso, el bien común, el trabajo en conjunto... “son palabras que asociamos con José María Arizmendiarrieta, aunque hoy parezca que están en desuso. Hoy se mira a la rentabilidad económica mientras se pierde el espíritu de esas otras rentabilidades que él defendía”, apunta el multifacético artista Gontzal Mendibil. Por ello y para poner en valor la figura de un “referente desconocido”, se ha hecho realidad el musical Hazia, que tras su estreno el pasado septiembre llega el próximo 17 al Principal.

“En esta propuesta hablamos de cooperación frente a competitividad”, de los “valores humanistas” de quien fuera precursor del cooperativismo vasco. Este repaso a su vida –muy vinculada a Vitoria, por cierto, en varios momentos– convertido en musical se podrá ver ese sábado a partir de las 19.30 horas, quedando todavía entradas disponibles. Frente a los espectadores se llevará a cabo una producción que reúne a unas noventa personas entre actores, músicos, bailarines y los componentes de los dos coros participantes.

Con el impulso de la Asociación de Amigos de Arizmendiarrieta, presidida por Miguel Ángel Laspiur, antes de la pandemia se empezó a gestar este proyecto ideado por Mendibil. “Por lo menos, el parón por el covid me sirvió para darme tiempo para estudiar más sobre su figura”, apunta el músico. Desde ese conocimiento, se construye un espectáculo en el que la salsa, el rock o la música tradicional se dan la mano.

“Puede que cuando comenzamos el proyecto pareciese una locura pero se ha hecho realidad”, sonríe Laspiur, que comparte con el sobrino del sacerdote, Jesús Mari Arizmendiarrieta, el impulso necesario que hay que dar a la figura de “un referente dentro y fuera” de Euskal Herria, máxime en estos tiempos.

Todo ello se canaliza a través de “un musical moderno” y “muy emocionante” que habla de la figura del promotor de las empresas cooperativas de la Corporación Mondragon pero también de la sociedad en la que se crió y a la que intentó aportar “conceptos como la justicia social”. De hecho, Mendibil resalta, por ejemplo, su labor en torno a la figura de la mujer en el mundo laboral “en un tiempo en el que casarse significaba de manera automática salir de la fábrica”.

Tras pasar por Arrasate, Bilbao y Donostia, el musical llega ahora a la capital alavesa –donde habrá sobretítulos en castellano para las partes en euskera– para seguir camino, ya en el nuevo año, en Pamplona. No se descarta además que la gira siga, “aunque mover una producción con 90 personas no es nada sencillo. Aún así, como él decía: Beti Aurrera!”.