- Las historias contadas con voz propia por el periodista catalán (Vila-sana, 1963) saltan ahora a la televisión estatal cargando consigo su fórmula de "las tres erres": rigor, respeto y ritmo. Y lo hacen con una serie documental que relatará algunos de los sucesos más impactantes de los últimos años en el Estado.
El primero, el conocido como El crimen de la Guardia Urbana, una historia de celos, traiciones y un triángulo amoroso entre tres agentes contada en cuatro episodios que se emitirán el próximo 17 de enero en la plataforma.
¿Qué tiene este caso para elegirlo como carta de presentación del proyecto?
-Es un crimen que ningún guionista se habría atrevido a ficcionar con tantos elementos increíbles como tiene, empezando por que todos los protagonistas son policías, tanto los vivos como el muerto. Además, con tantos giros, tantas mentiras y tantos elementos.
Advierte en el documental de que "la realidad y la muerte no entienden de sensibilidades". ¿Duele tanto lo que se ve?
-Pueden doler algunas de las cosas que se ven porque es eso, la muerte no tiene sensibilidades con nadie. Y la realidad, si queremos contarlo bien, tampoco. Es una frase de advertencia, de sensibilización de lo que puede pasar dentro. Si bien dentro lo que más nos preocupa es no herir sensibilidades, no entrar en el morbo, en la intimidad de las personas y menos de la víctima. Es aquello que yo digo del rigor, respeto y ritmo narrativo. Sin rigor informativo perdemos credibilidad, y eso no nos lo podemos permitir. Nuestros datos, nuestras declaraciones, todo tiene que estar basado en una realidad. El respeto, porque la muerte y la realidad ya no tienen respeto por nada ni por nadie, pero nosotros sí podemos tenerlo, y sobre todo por las víctimas. Y luego el ritmo narrativo porque estamos haciendo televisión y eso tiene que ser importante.
¿Qué tiene que tener un suceso para que decida contarlo?
-Tienen que coincidir tres cuestiones. Por una parte, que tenga giros narrativos. No nos interesa que haya muertes truculentas o muchos muertos, lo que nos interesa es que haya un buen relato detrás, una buena historia. Para eso hay que investigar primero, hay que hablar con los investigadores, con familiares, con testigos, y ver si realmente en el desarrollo de ese caso hay giros narrativos que permitan contar una buena historia. Segundo, encontrar a protagonistas de esta historia que quieran hablar con nosotros. El tercer elemento es que podamos encontrar documentación, sobre todo audiovisual. En el caso de la guardia urbana por suerte para el espectador había una cantidad de vídeo impresionante porque estas personas lo grababan todo.
¿Por qué cree que el género 'true crime' genera tanto interés?
-Hay varios factores. Desde luego las plataformas han ayudado a fomentarlo, pero la crónica negra o el true crime que dicen los americanos ha interesado siempre. Es un género que siempre ha estado presente, lo que pasa es que ahora quizás sí hay más consumo de este tipo de productos porque la realidad es muy potente como guionista. Y si está bien explicada, si están bien hechos los true crimes atrapan muchísimo más que una serie de ficción. Se han descubierto como género y ahora se está produciendo una explosión, pero creo que se va a autorregular porque no todos los "true crimes" son buenos.
Tanto programa de crímenes, ¿no puede servir de inspiración para algunos?
-En la Universidad Pompeu Fabra una estudiante hizo un estudio sobre la repercusión de Crims en la sociedad catalana y si eso incrementaba el sentido de la inseguridad y le salió que no. Solo un 20 % de las personas mostraron cierta intranquilidad porque algunos de los casos coincidían muy de cerca con su zona geográfica o con acciones muy parecidas a las que realizaba la víctima. Que alguna persona se inspire en un crimen y cometa crímenes, esto forma parte de la vida. Yo creo que la maldad existe y el que quiere hacer daño lo hace y no necesita un programa de televisión para inspirarse, aunque pueda producirse que alguna vez a alguien se le encienda la bombilla. Yo lo que sí creo es que la gente después de nuestras emisiones incrementa algunas precauciones y se da cuenta de que pueden pasar cosas y de que no todo es maravilloso y que hay gente mala. Siempre he pensado que tarde o temprano saldrá alguien y dirá que se ha inspirado en Crims o en Crímenes porque es una cuestión estadística también, pero a lo largo de estos años te das cuenta de que si alguien quiere hacer daño no necesita la televisión, lo hace.
"La crónica negra o el 'true crime' que dicen los americanos ha interesado siempre. Siempre ha estado presente"