- Como si se negara a tomar la píldora roja de Matrix para afrontar la realidad, Hollywood mira al pasado para rescatar sus formatos más famosos. Ahora es el turno de la saga de ficción protagonizada por Keanu Reeves, que regresa con un título tan apropiado como Matrix Resurrections y que ya está en salas. “No lo sé, parece que es lo que los humanos hacen. No se reinician ni se reciclan, pero vuelven a visitar el pasado, es interesante”, analiza Reeves en una conversación con Efe más de veinte años después del estreno de la saga.
En un momento tan complicado como el actual, parece que los grandes estudios cinematográficos están enganchados a la pastilla azul que introdujo la cinta original y viven en la nostalgia. Todo vuelve. Hay reencuentros de Friends, Harry Potter, nuevas temporadas de Sexo en Nueva York y secuelas de Los Cazafantasmas. “Esa nostalgia nos ancla a veces. Nos hace sentir como si no estuviéramos flotando a través del universo. Te recuerda que te mantienes un poco firme y te hace sentir mucho mejor, más conectado”, dice por su parte Carrie-Ann Moss, la eterna compañera de reparto de Reeves en esta saga. Así, tanto Reeves como Moss admiten que ellos también sintieron las ganas de volver a los personajes que encarnaron por primera vez en 1999 para continuar la historia exactamente en el punto donde se dejó.
Lana Wachowski, codirectora de las tres primeras cintas junto a su hermana Lilly Wachowski, se ha puesto tras las cámaras en esta película que da continuidad a Matrix (1999), Matrix Reloaded y Matrix Revolutions (2003). A pesar de que, pese a la insistencia de Warner Bros., las Wachowski se habían negado a dar continuidad a una historia que consideraban cerrada, todo cambió una noche en la que Lana Wachowski despertó a sus protagonistas en la imaginación y se puso a escribir el guión de la nueva película. “Es hermoso ver a Keanu y Carrie en esto. Ellos tienen la edad perfecta para hacerlo, todos la tenemos”, explicaba Wachowski. “Y Keanu -añade- está en la edad cúspide, si fuera demasiado mayor no sería posible. Y si fuera más joven, no tendría tanto peso y resonancia”.
Matrix Resurrections presenta a un Neo (Reeves) que no recuerda nada de sus cibernéticas y existenciales aventuras, con un pie en Matrix y otro en la realidad. El personaje trabaja ahora como diseñador de videojuegos y acude a un terapeuta que le prescribe pastillas azules para que se mantenga en la ignorancia. Aunque todo da un giro de 180 grados cuando en las calles de San Francisco se cruza con una mujer que se parece a Trinity (Moss). Entonces, los recuerdos del pasado empiezan a hacerse más evidentes y regresa la maquinaria de Matrix. “Es bonito saber que el vínculo entre Neo y Trinity sigue existiendo, agradezco volver a sentirlo”, afirma Moss.
Con el enigmático aroma de Matrix, pero mucho más actual, el filme reincide en temas como la búsqueda de la verdad, las fantasías que genera la memoria y la elección voluntaria de la pastilla. “Me gusta ese tipo de interacción con la película, que promueva este tipo de conversaciones, como si fuera su alimento”, explica Reeves.
El guion de Wachowski incluye escenas del pasado y hace guiños a la técnica del “tiempo bala”, aquellos planos a cámara ultralenta que fueron su seña de identidad en los años 2000. Y, por supuesto, insiste en la acción más espectacular con ayuda de tecnología punta. “Bueno, yo soy mayor, pero creo que la acción de mi personaje es la misma”, bromea Keanu Reeves.