"En los aforos reducidos ha faltado el calor que necesita el rock"

El de Vitoria va a ser uno de sus primeros conciertos casi en las mismas condiciones de antes de marzo de 2020. ¿Cómo ha sido la travesía por el desierto?

-Ha sido año y medio bastante duro para todo el mundo, pero en el caso específicamente de los músicos, ha sido todo muy complicado ya que, al fin y al cabo, nos dedicamos a actuar ante la gente. En los aforos reducidos siempre ha faltado ese calor que necesita el rock and roll. El rock and roll es dar y recibir, pero con la gente sentada, los aforos reducidos y demás, lo de recibir ha sido más costoso. Volver a tener al público de pie y con el 100% es toda una alegría. Volver a Urban Rock después de un año es estar pensando en un concierto a lo grande, casi como una fiesta, que al final es lo que tiene que ser un concierto.

Pero después de estos meses de acostumbrarse a las actuaciones en el formato covid, ¿no es esto casi como volver a empezar?

-Más que acostumbrarse, es que no ha quedado otra (risas). Yo lo que sí noto es un gran deseo de ir a tocar a todos los sitios que se pueda y que la gente pueda disfrutar de los conciertos en libertad plena.

'Tempus' vio la luz hace más o menos un año y está previsto que a finales de este mes se publique 'El cielo es lodo'. ¿Cómo va a ser el concierto de Vitoria?

-Como es lógico, la atención va a estar en Tempus, porque además no lo hemos podido presentar en condiciones por la situación de la que hablábamos antes. Pero también vamos a adelantar algunas canciones de El cielo es lodo. Vamos a tocar en primicia como cuatro o cinco canciones nuevas que la gente va a poder compartir por primera vez en directo. Haremos una parte acústica, otra parte de blues... va a ser un concierto especial como te decía, porque hace un año solo pudimos actuar 70 minutos por pase para dar los dos conciertos que ofrecimos en Urban, y ahora nos queremos resarcir y compensar al público.

¿Qué se va a encontrar la gente en 'El cielo es lodo'?

-Es un disco muy cañero. Sigue en la onda de Tempus, pero con más caña, más guitarreo, y hay una curiosidad que me hace mucha ilusión. El escritor Manuel Vicent ha participado en dos letras y ha quedado algo magnífico. Es una de las grandes colaboraciones que la gente va a poder disfrutar en este álbum.

Tras el paréntesis que está suponiendo la pandemia, ¿mira con algo de optimismo el futuro, tanto el particular como el de la escena rockera?

-No sé si nos costará mucho salir de esto. Lo que sí sé es que sigo trabajando duro. De hecho, en año y medio voy a publicar dos discos. Además, en este tiempo no he parado, también con una escuela de música online y haciendo otras cosas. Tengo la suerte de tener mi propio estudio de grabación en casa y eso me ha permitido seguir haciendo música. Lo que venga, ya vendrá. Pero sí que hay que mirar al futuro con cierto optimismo.

Entre las peleas ha afrontar también está la de una escena mayoritaria que ya no es rockera, que está mirando a otros géneros como el trap. ¿Hay que ser un poco kamikaze para seguir adelante?

-Es que el rock no lo eliges tú. Él te pilla a ti y punto (risas). Cuando el rock es tu pasión y tu modo de vida puede que sea cierto que hay un cierto grado de masoquismo, pero se lleva bien. A mí lo que me interesa es poder seguir viviendo de mi música. Nosotros somos trabajadores, como cualquier otra persona que pueda estar leyendo ahora esta entrevista. Yo me siento rico, en el sentido de afortunado, por poder llevar 20 años viviendo de lo que me gusta, que es hacer mi música, que es el rock and roll. Lo que me preocupa es poder seguir sacando trabajos y poder presentarlos en directo para toda la gente que quiera compartirlos conmigo.

Así pasará en el Urban este sábado, seguro.

-Sin duda. Ya te digo que va a ser una fiesta, toda una celebración que vamos a disfrutar en un sitio especial como es el Urban. Espero que se anime mucha gente.