- “Siempre he sido bastante enemiga de la falsa modestia. Entonces, siento orgullo de mí misma”, dijo en una entrevista con Efe. “Está muy bien y creo que es muy sano sentirse orgulloso de uno mismo aunque me parece que a veces no está tan bien visto decirlo abiertamente”, añadió. Antes de despedirse de La casa de papel a finales de este año, Corberó (Barcelona, 1989) presenta mañana en Estados Unidos Snake Eyes: G.I. Joe Origins, la cinta dirigida por Robert Schwentke que relanza la saga de acción G.I. Joe con el personaje de Snake Eyes como protagonista. Henry Golding, que triunfó con Crazy Rich Asians (2018), lidera esta película sobre los comienzos de Snake Eyes en la que también aparecen Samara Weaving, Andrew Koji y una Úrsula Corberó que se mete en la piel de la malvada, sagaz y cruelmente divertida The Baroness.
En 2021 debuta en Hollywood y también dice adiós a ‘La casa de papel’, la serie que la ha hecho famosa en todo el mundo. ¿Siente que es un cambio de fase en su trayectoria?
—Es curioso porque sentí ese cambio de ciclo sobre todo el día que terminamos de rodar La casa de papel. Es que con la tontería hemos estado trabajando juntos los últimos casi cuatro años... Ha sido un largo viaje. Mira lo que te digo: siento más el cambio de fase con el fin de La casa de papel que con mi principio en la industria americana.
¿Por qué decidió que ‘G.I. Joe’ era el proyecto ideal para desembarcar en Hollywood?
—Es muy gracioso porque, cuando me pasaron el guion y me ofrecieron el personaje de The Baroness, no estaba muy familiarizada con el universo G.I. Joe. Y creo que eso jugó a mi favor: estaba totalmente exenta de presión. Pero sí que es verdad que, a medida que fui adentrándome en este mundo, me di cuenta de que es algo que realmente mueve masas. Sobre todo tenía claro que me lo tenía que pasar bien. The Baroness era la primera villana que iba a hacer en mi carrera y tener en el currículum un papel de villana era como “conseguido” (risas). También era algo nuevo y diferente.
Recientemente comentó que hay algo “liberador” en dar vida a un personaje malvado.
—Todo es muy liberador porque cuando estás interpretando a un villano no hay reglas, no hay normas. Todo vale. Esta mujer se lo pasa muy bien incluso cuando está en las situaciones más límite, cuando tiene que tomar decisiones importantes. Le da igual: ella nunca pierde el sentido del humor, ella siempre está disfrutando. Yo decía: “Ostras, creo que me está haciendo falta un personaje que disfrute porque Tokio (su personaje en La casa de papel) es todo lo contrario...”. Ella sufre, ¡madre mía lo que sufre! Y yo llegaba a casa sufriendo también. Así que pensé que esto iba a ser muy liberador: poder hacer un personaje así y regodearme un poco en esa cosa que tiene ella de ser femenina, del poder y de todo.
Hace algo más de diez años salía en la serie de Antena 3 ‘Física o química’, en la que interpretaba a Ruth. Ahora en 2021 está en Hollywood. ¿Qué siente cuando echa la vista atrás?
—(Piensa unos segundos). Yo creo que siempre he sido bastante enemiga de la falsa modestia. Entonces, siento orgullo de mí misma. Está muy bien y creo que es muy sano sentirse orgulloso de uno mismo aunque me parece que a veces no está tan bien visto decirlo así abiertamente. Pero siento que me he esforzado mucho para conseguir lo que quiero, que es poder dedicarme a mi vocación. No te voy a engañar: hace diez años me podía visualizar perfectamente en este momento. ¿Es un poco fuerte lo que acabo de decir? (Sonríe).
No, no... Entonces, ¿esto era una ambición que tenía?
—Más que una ambición era una cosa que pensaba que, si quería hacerla, podía. Creo que muchas veces la vida nos regala momentos complicados y a veces pues, bueno, las personas tienen que pasar por etapas traumáticas en las que las cosas no salen como uno quiere... Pero a mí me ha servido mucho lo de la ley de la atracción: creo que somos todos muy capaces, más capaces de lo que creemos. Así que este es un mensaje para que la gente vaya a por los objetivos que quiera y creo que es algo que se puede conseguir. Si lo he conseguido yo, lo puede conseguir cualquiera.