Con un calor de justicia para el público que ha estado en la pista del Iradier Arena (es lo que tiene además estar con la cubierta cerrada, que el efecto invernadero termina por producirse), la cuadragésimo cuarta edición del Festival de Jazz de Vitoria ha completado este viernes su propuesta de mediodía con la presencia de SPA, formación que si fuera norteamericana se calificaría de supergrupo por el talento y la trayectoria de la mayor parte de sus componentes, pero como los músicos son de aquí, parece que no toca.
Es verdad que el proyecto parte de una base que ya le supone una ventaja. Es la figura y la trayectoria del contrabajista, cantante y compositor Avishai Cohen la que sostiene la propuesta, y cualquier edificio que se cree a partir de ese cimiento, tiene que salir bien casi a la fuerza.
En este caso, claro, la otra gran ventaja de SPA se encuentra en sus componentes. Alexander López (contrabajo), Jose Luis Canal (piano) e Hilario Rodeiro (batería) han sido los primeros en salir al escenario para arrancar una actuación que en breve ha sumado al resto de primeros espadas: Rubén Salvador (trompeta y fliscorno), Raúl Vera (guitarra), Irantzu Garamendi (flauta travesera) y Julen Izarra (saxo alto y flauta).
Con esos mimbres, el colectivo ha propuesto un viaje por las distintas facetas y etapas de Cohen, incluyendo por ejemplo un tema del último disco del creador. Cabe preguntarse qué pensaría el contrabajista si viese a la formación. Pero como no se trata de hacer teorías, lo cierto es que el público presente en el Iradier ha podido compartir un concierto de calidad doble, la de quien motiva el proyecto y la de los intérpretes que lo conforman.