- El presidente del Festival de Jazz de la capital alavesa, Iñigo Zárate, asegura que la cita será “una gran fotografía del jazz actual, de lo que se escucha en los clubes” y matiza que “aunque no haya superestrellas mediáticas, sí son estrellas musicales”. Este vitoriano analiza los entresijos de un certamen que cambia de escenario y se celebrará en el Iradier Arena, un espacio multiusos adaptado a la pandemia, aunque desde la organización tienen la intención de retornar a Mendizorroza, su escenario habitual.
Si el Festival genera por sí mismo una expectación especial entre los miembros de la asociación, la situación a causa del covid-19 ha provocado “una especie de miedo escénico”. En las mismas líneas, “este año será diferente”, asume Zárate. Precisamente el cartel de esta edición, que se celebra del 14 al 18 de julio, está condicionado por una considerable bajada de presupuesto que rondará los 350.000 euros.
Iñigo Zárate se describe como un “friki” del jazz y por eso opina que “si esto ha supuesto un reto para las familias, en eventos multitudinarios roza la heroicidad conseguir sacar algo adelante en estos momentos”,
Evidentemente, el cartel parte de las limitaciones de la pandemia y de un presupuesto más bajo con el que han jugado para completar “un cartel muy equilibrado con una buena fotografía del jazz actual, de lo que esta pasando y se escucha en los clubes” y que tendrá representación internacional, nacional y local.
Zárate hace un repaso por toda la programación pero se detiene con atención en el trío de la guitarrista Mary Halvorson; en Antonio Sánchez y su cuarteto con Donny McCaslin, Miguel Zenón y Scott Colley y en Anne Paceo, que participará en un colofón con la percusión como protagonista.
Destaca también a los galardonados con el Premio de Jazz Letter One Rising Stars de los dos últimos años y no se quiere olvidar de la apuesta local. “Las mañanas están orientadas a gente de casa y están representadas diferentes escuelas, muy potentes que sacan músicos con un nivel increíble desde muy jóvenes”, subraya Zárate.
Dentro de los objetivos del Festival está captar nuevos públicos y en esta edición se intentará sobre todo con Dora Postigo. “Tiene muchos seguidores jóvenes, formación de jazz y puede ser una buena puerta de entrada para que este público sea capaz de escuchar jazz a través de alguien que conoce”.
Y es que el público del Festival de Jazz de Vitoria es muy variado. “Hay de todo, gente muy audiófila y melómana que sabe muchísimo y gente que va a pasárselo bien y que no necesita mayor excusa”, destaca con orgullo Zárate, que está abierto a escuchar propuestas del público como ya se hizo el año pasado con una encuesta en la que participaron más de 600 abonados.
Pero todavía “hay muchos objetivo por cumplir, desde el tipo de programación a los nuevos públicos”, concluye el presidente de un “festival excepcional para un momento excepcional”
“Se trata de un festival excepcional para un momento excepcional”
Presidente del Festival de Jazz de Vitoria