Hace justo diez años que el proyecto de Los Brazos se puso en marcha. Puede que la pandemia impida soplar las velas a lo grande, pero no ha conseguido separar al trío del público. Este sábado, William Gutiérrez (voz y guitarra), Txemi Gandara (bajo) y Koki Chamorro (batería) regresan a Vitoria para hacer doblete en Helldorado, donde todavía quedan algunas entradas disponibles tanto para las 13.00 como para las 17.30 horas.

La última vez que tocaron aquí fue justo hace dos años, en plena Virgen Blanca dentro del Osteguna Rock de 2019. Han pasado muchas cosas desde entonces, sobre todo a raíz de la pandemia. Ya han vuelto a dar algunos conciertos pero ¿cómo están viviendo esta situación?

-Somos gente muy empática y no hemos pensado tanto en lo que nos ha afectado o afecta a nosotros, sino en lo que están viviendo los demás. Esta situación nos ha dado un tiempo para parar y reflexionar después de tantos años a tope. Ten en cuenta que íbamos a publicar nuestro nuevo disco en mayo del año pasado, arrancando la gira de presentación en Madrid. Teníamos muchos conciertos en la agenda.

Y tocó parar.

-Sí, pero el descalabro que ha causado personal y económicamente a mucha gente todo esto deja en bastante segundo plano lo que nos ha sucedido a nosotros, que al final es una anécdota. Hemos tocado lo que hemos podido, hemos estado en el local trabajando con otros espíritu, con un poco más de relajo, y hemos regrabado por completo el disco que iba a salir. De hecho, ahora estamos haciendo las mezclas con toda paz. Vamos a ver qué pasa porque la industria va a tener muchos cambios, van a pasar cosas raras. De momento, nosotros estamos contentos. Hemos hecho pocos conciertos, pero no pasa nada. Hace tiempo nos caímos en la marmita de los directos y antes de la pandemia llevábamos más de 500, así que no pasa nada por esperar ahora. Así que no nos podemos quejar.

Vuelven a Helldorado, pero esta vez para dar dos conciertos casi seguidos, que no deja de ser una exigencia física y mental para un grupo que además tiene un directo potente.

-Sí y la verdad es que hasta ahora no lo había pensado mucho (risas). Seguro que estarán bien los dos pases porque en cuanto ves a la gente, te vienes arriba. Nos pasa siempre igual.

Pero para una banda que es pura energía en el escenario, ¿cómo es actuar ante la gente sentada?

-Antes del primer concierto que dimos sí teníamos un poco la duda de qué iba a pasar con eso. No hemos estado buscando conciertos porque queríamos esperar un poco para ver cómo evolucionaba la situación, pero nos han ido llamando para actuar y al principio nos entró la duda de si decir que sí o no. La verdad es que la experiencia desde el primer día está siendo excelente. Aunque el público está sentado, que no deja de ser una putada para el personal, hasta ahora hemos tenido muy buen feedback. Tampoco nos podemos quejar de esto, aunque es cierto que siempre prefieres que la gente se pueda desmelenar y divertirse. Pero no tenemos pega, aunque es cierto que tenemos algunos amigos de otros grupos que reconocen que ver así a los espectadores les deja un poco fríos. Nosotros lo pasamos bien a pesar de todo. Somos así de retrasados o de felices (risas).

Aunque el nuevo disco no esté en la calle, ¿lo tocarán este sábado?

-Sí, sí, vamos a Vitoria a tocar sobre todo temas nuevos, más que nada porque no podemos evitarlo. Nos apetece muchísimo dar rienda suelta al último material, que era el que tenía que haber salido en mayo del año pasado. Queremos que la gente vaya haciendo oído.

Si todo va bien, ¿saben para cuando se publicará el nuevo disco?

-Estará en la calle, si todo va como está previsto, en diciembre. Ahora mismo estamos buscando nuevos apoyos porque vamos a intentar dar un paso más hacia arriba con este álbum. Como hemos tenido tiempo para pensar, está todo bastante bien organizado.

Decía antes que han regrabado todas las canciones. Si hacer un disco ya suele ser un proceso exigente de por sí, ¿lo suyo es sadomasoquismo?

-(Risas) Pues mira, te voy a ser completamente sincero, lo hicimos porque creímos que era lo mejor para el disco. Necesitábamos hacer algo que nos motivara. Tenemos temas para un siguiente álbum, pero no nos parecía bien dejar éste ahí. Así que dijimos: vamos a grabar otra vez este trabajo, a cambiar la producción y a hacerlo de una manera distinta. Y realmente ese proceso nos ha motivado mucho.

Todo esto sucede mientras el grupo cumple diez años.

-Justo este 2021. El pasado 28 de abril fue el cumpleaños (risas).

Más allá del condicionante de la pandemia, ¿a por otros diez años como mínimo o cómo miran a ese pasado y al futuro?

-Hemos tenido siempre mucha ilusión y hemos estado trabajando muy bien desde el principio. Nunca me ha gustado tanto la música como desde que toco con estos dos alcornoques. Nos lo pasamos muy bien. Estamos muy contentos y más motivados que nunca. Tenemos ganas de rock and roll a saco y nos lo estamos pasando como nunca. Vamos al local con ganas, improvisamos, hacemos cosas que nos divierten. Estamos encantados con el repertorio que hemos ido haciendo desde el principio y cuando tocamos nuestras canciones parece que cada día suenan mejor, que van como renovándose. Los tres notamos que en la banda algo está mejorando mucho, y es algo que la gente que no está viendo ahora en directo también lo dice. Nota otra energía. Es como si hubiéramos quitado el techo y estuviéramos tirando hacia otros niveles en muchos aspectos. Han sido diez años maravillosos y ojalá haya muchos más. Vamos camino de ser uno de esos grupos que llega a la setentena sobre las tablas (risas).