Como cada 29 de abril, este jueves se celebra el Día Internacional de la Danza, una jornada que el alumnado del Conservatorio Municipal José Uruñuela quiere conmemorar con un vídeo especial.
La pandemia obligó el año pasado a suspender el ya tradicional Así baila Vitoria-Gasteiz, evento con el que el centro, pasadas las festividades de San Prudencio y Nuestra Señora de Estibaliz, suele unirse a los actos en torno al Día de la Danza. Pero aunque la presencia del coronavirus persiste, el José Uruñuela quiere compartir la celebración de esta jornada, reivindicando además la cultura y la formación seguras.
"La danza es algo mágico", apunta una de las alumnas que toma parte en un vídeo en el que se recogen varios testimonios, así como imágenes de ediciones anteriores del Así baila Vitoria-Gasteiz, cita en la que suelen participar otros centros de formación en danza tanto de Álava como de otros territorios.
Como recuerdar desde el Ayuntamiento de Vitoria, cada año, el Instituto Internacional del Teatro ITI-UNESCO le encarga a una personalidad conocida del mundo de la danza la redacción de un mensaje que es leído en todo el mundo. El objetivo de esta celebración y de ese mensaje es el de unir todas las danzas en este día, para celebrar esta forma de arte y mostrar su universalidad. Esta vez, el discurso corre a carto de Friedemann Vogel (Stuttgart, 1979), bailarín principal del Stuttgart Ballet: "Todo comienza con movimiento, un instinto que todos tenemos con el que buscamos comunicarnos. Así como una técnica perfecta es fundamental e impresionante, en última instancia lo que el bailarín expresa con el movimiento es la esencia. Como bailarines, estamos en constante movimiento aspirando a crear inolvidables momentos. Así que cuando de pronto no se nos permite bailar, con teatros cerrados y con festivales cancelados, nuestro mundo llega a pararse. Sin contacto físico. Sin actuación. Sin espectadores".
Sigue diciendo que "jamás en la historia reciente la comunidad dancística se había visto desafiada de tal forma para permanecer motivada y encontrar su razón de ser. Es precisamente cuando algo precioso se nos ha quitado cuando verdaderamente apreciamos hasta qué punto es vital lo que hacemos y cuánto significa la danza para la sociedad en su conjunto. Los bailarines son reconocidos continuamente por sus proezas físicas, cuando en realidad nos sostenemos más por nuestra fuerza mental. Creo que es justamente esta combinación única de agilidad de lo físico y lo psicológico lo que nos ayudará a sobreponernos, a reinventarnos para seguir bailando y seguir inspirando".