- Como ya apuntó allá por verano, cuando se convirtió en una de las primeras orquestas del mundo en presentar su primera temporada postconfinamiento, Euskadiko Orkestra demostró ayer que sigue fiel a su compromiso con “la salud cultural” y, a pesar de restricciones de movilidad y aforos reducidos, no se desmarca de su hoja de ruta. Lo hace, eso sí, con muchos baches: “rediseñando” su programa con el doble de conciertos de los habituales (100) y con la pérdida del 20% de sus abonados.

Para la Euskadiko Orkestra, la temporada 2020/21 ha sido la más complicada de toda su historia. Antes de acabar el pasado año ya debió reorganizar su aforo, tuvo que desprenderse de su sede en Iruña y las limitaciones de movilidad ahuyentaron a buena parte de sus abonados. Pero la segunda mitad del programa, que se extiende hasta junio, no se ha quedado al margen de las adversidades y el equipo liderado por el director general, Oriol Roch, junto al director titular de la formación, Robert Treviño, ha tenido que “rediseñar” todas sus intenciones en un tiempo exprés.

“Tanto esfuerzo merece la pena”, señaló ayer Roch en la presentación de esta nueva, y también vieja, temporada acompañado por Treviño; una de las directoras invitadas en el programa, Ruth Reinhardt; y el compositor Mikel Urquiza. El esfuerzo de este año se traduce en 100 conciertos, repartidos entre las cuatro capitales, en vez de los 50 habituales, con los que así poder llegar a todos los abonados al encontrarse limitado el aforo a un máximo de 400 personas.

Entre las nuevas incorporaciones al programa presentado el verano pasado se encuentran el solista Augustin Hadelich, la pianista Judith Jauregui y el director Semyon Bychkov, que en su última colaboración “dijo que quería volver y lo hará”.