- Cualquier lugar es bueno, por mucho que algunos tiendan siempre a minusvalorar a las poblaciones más pequeñas. Cualquier momento es el indicado, aunque la presencia del covid-19 requiera tomar todas las medidas necesarias. La poesía no entiende de límites ni geográficos ni temporales, y si existen, sabe bien cómo adaptarse a ellos para que la senda de la palabra siga abierta. Así, el pasado viernes, Aletxa acogió la tercera edición de un recital poético impulsado por Loli. G. García en el que toma parte el vecindario de la localidad alavesa con escritos tanto propios como ajenos.

Con la idea de proponer una actividad cultural diferente a las citas habituales que suelen poblar los programas festivos estivales, en 2017 se llevó a cabo por primera vez Aletxa en Verso, una iniciativa con la que, asimismo, se busca "hacer comunidad" entre quienes de manera habitual residen en el pueblo y quienes se unen durante fines de semana y meses de verano. Una forma, también, de que personas que por lo general no tienen contacto con el mundo de la poesía, tomen parte no solo en el recital, sino además en los encuentros preparatorios previos, donde compartir, por ejemplo, cuentos y leyendas escuchados desde la infancia. Así se hizo en aquella primera ocasión y al año siguiente, tomándose la propuesta un pequeño respiro en 2019.

El pasado viernes, con el pórtico de la iglesia parroquial de San Esteban como escenario, la apuesta vivió su tercera entrega contando con la participación de la propia Loli G. García junto a Ángel Alonso Abellán García, Francisca Llanos Gallego, Amaia Moyano Díaz, Xabier Bilbao, Ana Pascual Barbero, Roberto Lesta Martínez, Yanela Murua, Julio Suso San Miguel y Javi Duque Mendieta, quienes leyeron textos propios y de creadores como Wislawa Szymborska y Jeff Foster, y que tuvieron como invitada especial a Elisa Rueda. Cada una de las personas que tomó la palabra tuvo unos cinco minutos para encontrarse con el público en un acto en el que hubo espacio y tiempo para la música, más allá de otras aportaciones pictóricas y escultóricas de los participantes.

Todo ello en un marco incomparable, condicionado por el covid, eso sí. Las dos ediciones anteriores se produjeron en el interior de la iglesia, aunque, a causa de la pandemia, este año se optó por su exterior. Geles, sillas separadas... lo habitual ya en estos casos, con la curiosidad de que "como solo teníamos un micrófono y no se podía compartir, las lecturas se hicieron a pelo", recuerda con una sonrisa García sobre un acto que contó con la presentación de Gemma Ramos Fernández, presidenta de la Junta Administrativa del Real Valle de Laminoria. Una cita de la que se editará un catálogo recogiendo todo lo compartido por los participantes y con cuya venta se busca ayudar a la autofinanciación de la idea. "La única pena es que por el covid no hemos podido celebrar los encuentros previos como en años anteriores, aunque ojalá los podamos recuperar en 2021, año para el que tenemos ideas nuevas, también para contar con más público de otras localidades cercanas", apunta la escritora, que el pasado mes de abril publicó el poemario Como mariposas muertas, que presentará con público el 23 de septiembre a las 19.30 horas en Dendaraba.