- El pasado 17 de julio, las butacas del Principal volvieron a sentir el contacto con el público después de los meses de silencio que marcaron la aparición del covid-19 a principios de marzo. El paréntesis se cerró con música, con la presencia de un Ruper Ordorika que, de hecho, fue el primer damnificado por el confinamiento con respecto al teatro de la calle San Prudencio. Desde entonces, el centenario escenario ha recibido otras cuatro propuestas escénicas además de acoger la gala de entrega de los Celedones de Oro. Pero a pesar de que otros espacios similares de ciudades cercanas van a seguir organizando citas a lo largo del verano, en su caso hoy cierra la programación estival diseñada en estas circunstancias, para no volver a activarse hasta mediados de septiembre de la mano del festival Magialdia.

Para esta despedida temporal, si es que las circunstancias no empeoran más, el Principal va a volver a encontrarse con un intérprete que conoce bien, El Brujo. La cita será a partir de las 20.30 horas, quedando todavía entradas disponibles por 18 euros si se adquieren a través de internet y 20 si se compran en taquilla. En principio, a lo largo de las citas anteriores, el centenario teatro todavía no había utilizado su segundo anfiteatro, pero sí lo va a hacer en este caso debido a la demanda de pases. De hecho, solo quedan asientos en esta parte.

Quienes asistan se volverán a encontrar con un nombre propio de la escena, con un Rafael Álvarez que ha dejado sobre las tablas de la calle San Prudencio grandes momentos a lo largo de su trayectoria, ya fuera a solas como hoy o en compañía de otros intérpretes. La luz oscura cumple ya seis años dentro de su siempre variado repertorio, un monólogo que toma como referencia la vida y obra de San Juan de la Cruz. Él es "la combinación armoniosa de una cultura exquisita, refinada sensibilidad y el espíritu libre de un pastor que se abre paso en el mundo como un rayo de luz entre tinieblas. He visto a San Juan como un patio donde los ángeles labran sus sueños jugando con Juanito que es un niño. El niño cae en un pozo y contempla en la oscuridad la pequeña burbuja de su ser flotando en Dios que es la Madre. Eso es lo que yo he visto. Mi sueño. Los que hacemos teatro y tenemos que vivir del teatro debemos dirigirnos al centro del espectador que es un niño, un lugar donde el pastor y el imponente erudito, el ama de casa y el taxista pueden ser uno y lo mismo", explica el siempre inquieto creador a la hora de presentar el montaje con el que hoy llega a Vitoria.

De esta forma, la Red de Teatros se despedirá del Principal por este verano a la espera de Magialdia, aunque, en realidad, dentro de su programación todavía hay una cita pendiente, la que se producirá el 25 de septiembre en el Félix Petite (centro cívico Ibaiondo) con el estreno de Mientras llueva de la compañía alavesa Altraste Danza. Para esta cita también sigue habiendo entradas disponibles a la venta.