- Urko, Golden Apple Quartet, Iker Lauroba, María Berasarte e Iñaki Salvador son algunos de los invitados del segundo disco del grupo gitano euskaldun Sonakay, que se editará a finales de mes y cuenta también con la colaboración de Ketama. "Son la banda sonora de nuestras vidas", explica su cantante, Jonatan Camacho Jony, para quien su banda es ejemplo de "unión, armonía, relación y convivencia entre culturas diferentes".
A finales de mes se editará el segundo disco de los guipuzcoanos, Sonakay guztiekin (No-Cd Records), que llevaron el euskera, con una versión de Mikel Laboa, a máxima audiencia televisiva en el programa Got Talent. Algo más de dos años después, les avalan un disco largo, varios singles y algunos llenos en espacios de relevancia como el Teatro Victoria Eugenia o Euskalduna Jauregia.
Su trayectoria está marcada por un trabajo intenso. "Hemos trabajado sin parar y desde el inicio sabíamos que no iba a dejar indiferente a nadie. O nos quieres o nos odias", explica Jony, que reconoce que ya existen menos prejuicios respecto al grupo tanto en el mundo de la cultura euskaldun y el gitano de Euskadi. "Ahora hay menos, nos hemos ganado el cariño del público porque han visto que el argumento tiene peso. Es un progreso. Buscamos crear puentes con lazos de armonía, relación y convivencia entre culturas", según su cantante.
Su segundo CD está a punto de ver la luz tras "meses de trabajo", e incorpora múltiples colaboraciones, así como ritmos diversos, de "rumba a salsa y jazz latino". La canción Izarrak, grabada en 2019 y que el grupo comparte con Iker Lauroba, lugarteniente de Izaro, "marcó la pauta y el camino del disco" al ser un tema inédito en euskera. "No queremos colgarnos medallas, pero nos enorgullece ser pioneros en algo tan bonito como el flamenco en euskera", explica Jony.
La "bellísima voz" de María Berasarte; el cubano Omar González; las voces empastadas de Golden Appel Quartet; la orquestación del director de orquesta romaní Paco Suárez; las teclas de Iñaki Salvador, que "todo lo convierte en magia sin despeinarse"; la voz del "patriarca" Urko, "amigo de Amara de nuestros abuelos y que nos conoce desde siempre", y los Ketama aparecen en el disco, en canciones como Oye, esta no es manera de decir adiós o Rumba txikitita.
El álbum también tiene el aroma de dos grandes innovadores: Enrique Morente y Ketama. Del primero, cuyos héroes eran Lorca y Leonard Cohen, Sonakay versionan una canción del rupturista Omega, que compartieron con los rockeros Lagartija Nick. "Hay un antes y un después desde que conocí a Morente. Mi mundo cambió", reconoce Jony, que contesta que "lo que hemos aprendido es que no podemos decir a nada que no y que nos subimos a todos los trenes si nos llevan a buen puerto" al ser cuestionado por la incorporación de guitarras eléctricas a su obra.
Y con Ketama comparten una versión bilingüe de Se dejaba llevar por ti, tema de Antonio Vega, para Jony, "un referente y puede que el mejor compositor de este país, con Sabina, Alejandro Sanz y Perales". La canción, de temática críptica y cuya adaptación al euskera "se ha llevado por sílabas para poder cantarla", la grabó Sonakay en el estudio de Mutriku y Ketama la completó en Madrid. "La tecnología permite estas cosas", explica con satisfacción.
El germen de la colaboración surgió en los conciertos de Ketama en Bilbao y Donostia. "Estaba cagado porque era tocar con nuestros ídolos, en nuestra ciudad, en euskera y un tema tan conocido y, al mismo tiempo, tan diferente", rememora Jony. El círculo se ha completado. "¡No lo había ni soñado! Se habla de pensar en la luna y coger una estrella. Cantar con Ketama es tocar el universo, algo inalcanzable, un gran regalo", concluye con orgullo indisimulado.
Compartiendo experiencias. "El trabajo de Sonakay es muy interesante porque consigue lo que hace la música, unir pueblos y alimentar el alma; y en este caso, dos pueblos que no han compartido demasiado, como el gitano y el vasco", dice Josemi Carmona, a este diario. El guitarrista recuerda que la canción de Antonio Vega que compartieron ya estaba traducida al euskera. "La eligieron ellos y quedó muy bonita", explica. La grabación posterior se hizo "a distancia, antes del estado de alarma", algo "ya muy común", explica Josemi. "Empezaron ellos con una base, luego yo metí la guitarra y se la envié al resto de Ketama. El resultado es original y bonito", apuntilla. En opinión del guitarrista, Sonakay comparte un afán rupturista con los Ketama juveniles, que levantaron ampollas entre los puristas del flamenco. "Está bien que existan los flamenkólicos porque buscan mantener el flamenco puro, y también debe existir un flamenco más fusionado. A mí me gustan ambos, escucho a Chocolate, La Niña de los Peines y a Sabicas tanto como a Sonakay y a Pata Negra", explica el guitarrista de Ketama, cuyos integrantes están en contacto "a través de vídeo llamadas para ver si logramos crear alguna canción"
"Nuestra banda es un ejemplo de unión, armonía y convivencia entre culturas distintas"
Cantante del grupo Sonakay