madrid - Carmen Machi protagoniza a partir de este viernes Prostitución, una obra de Andrés Lima nacida tras dos años de investigación en calles y clubes que “cambiará la mirada” hacia esa actividad: “No se habla de ella y si se habla es con una ignorancia supina”, sostiene la actriz en una entrevista previa al estreno de un montaje que el 23 de abril llegará al Principal vitoriano.
Machi comparte este “espectáculo teatral-musical-documental”, que estrena de forma absoluta el Teatro Español, con Nathalie Poza y Carolina Yuste y entre las tres hacen unos 36 personajes: “todas prostitutas y chaperos aunque no hay personajes masculinos”, subraya la madrileña, que ya ha hecho ese papel en cuatro películas y en la obra Juicio a una zorra.
“Ahora el objetivo, la mirada, es muy diferente. El espectáculo nace en la calle y va hacia el teatro. Son varios perfiles, testimonios de seres humanos que la ejercen. Ya el nombre de la obra deja las cosas claras. El único tema es la prostitución y eso la hace muy diferente, única”, detalla.
A partir de textos de Virginie Despentes -Durmiendo con el enemigo e Imposible violar a una mujer tan viciosa- Amelia Tiganus -La rebelión de las putas- y Juan Cavestany -Natural-, Lima ha construido un montaje en el que ha contado también con las declaraciones de Ana María, Isabela, Lucía, Alexa, Alicia, Lukas y la Señora Rius. “Nos pareció interesante mostrar cómo ni siquiera dentro del feminismo hay una postura común”, apunta Andrés Lima en una entrevista.
distintos testimonios Lo que el espectador verá en escena, explica la actriz, son distintas situaciones, distintos testimonios y las propias opiniones de quienes ejercen la prostitución, obtenidas a partir de un trabajo que ha llevado dos años de visitas a clubes y a calles para hablar con ellas y que se ha traducido en un “espectáculo teatral puro”.
“Hay testimonios y discursos a favor y en contra de la prostitución, en la misma clave del debate feminista. Son historias que apelan directamente al espectador sin que nosotros tomemos partido porque eso sería ridículo”, recalca.
Entre las prostitutas, precisa, las hay que están “completamente a favor” y quienes “desgraciadamente no pueden hacer otra cosa”. Ella, asegura, cambia “cada 10 minutos” de opinión al respecto y está encantada de que sea así: “Lo fabuloso del teatro es que da una bofetada de realidad en vivo. Es muy difícil ponerte en la piel de alguien que lo hace aunque seas una escort que gana mucho dinero”.
Lo que sí sostiene es que la prostitución en España “está muy normalizada y que hay una estigmatización enorme en torno a ella. No se habla y si se habla es con una ignorancia supina”.
“Estoy al lado de ellas. Soy capaz de ver a la mujer, al ser humano que hay debajo pero no tengo una opinión porque como actriz que soy me pasaría la vida opinando de mis personajes”, argumenta.
En cualquier caso, su personaje principal es “muy libre, muy potente y abierto y es muy probable que cambie la mirada hacia la prostitución. Estoy convencida. Marcará un punto y aparte tanto por su crudeza como por su humanidad”, ha añadido.
“las bases del problema” La trata, el tráfico y explotación sexual de mujeres y niñas y sus “derivadas”, es decir, inmigración ilegal, drogas o violencia de género tienen su espacio en la pieza como lo tienen las “bases del problema”, es decir la industria alrededor de la venta de sexo, “la industria de placer”.
La actriz está ahora ensayando la película que empezará a rodar con Isabel Coixet, Nieve en Benidorm, y cuando termine las funciones de la obra Prostitución, viajará a Islas Mauricio para rodar con Quim Gutiérrez y a las órdenes de Paco Caballero Amor de madre: “No está mal el cambio, no”, se ríe.