Vitoria- "2020 será el año del impulso definitivo a la Biblioteca Digital de Euskadi, se reforzarán sectores como el audiovisual, las artes escénicas -especialmente la danza- y la música, mientras que en política lingüística se impulsará la segunda edición de Euskaraldia y la gratuidad en la enseñanza del euskera hasta el nivel B2". Estos son sólo algunos de los proyectos que el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, tiene encima de la mesa para el año que viene. El Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco contará en 2020 con un presupuesto de 276,3 millones de euros, un 6% más que este año.

¿Se puede decir que la cultura vasca goza de buena salud?

-Tanto el estudio que ha hecho el Observatorio Vasco de la Cultura sobre los hábitos de consumo y de participación de la ciudadanía vasca, como los datos estadísticos de la Fundación SGAE y otros trabajos que se han publicado, nos presentan una fotografía que yo diría que es positiva. Nos muestran que el consumo cultural después de una crisis, que ha sido muy dura para la economía y todos los sectores, se ha recuperado, pero también nos ofrecen la posibilidad de comparar los datos actuales con los de hace 10 años. Es destacable que la evolución positiva se haya producido después de un periodo de crisis económica que podía haber hecho pensar en un retraimiento de la población.

¿Ocurre lo mismo en el consumo en euskera o lo tiene más difícil?

-Está pasando lo mismo que en castellano. Los consumos de música, teatro y arte están creciendo de forma importante y la lectura está teniendo problemas tanto en euskera como en castellano en relación con la situación de hace diez años. Creo que tiene que ver con los hábitos culturales. Como sociedad tenemos el reto de mejorar esa capacidad lectora, lo cual no significa leer mucho o libros de muchas páginas, sino de entender eso que leemos. Éste es un objetivo que nos deberíamos plantear desde el punto de vista cultural, pero también educativo, debería ser una parte de la formación que debemos desarrollar y recibir como personas.

El año que viene finaliza esta legislatura. ¿Considera que se han cumplido los objetivos que se había marcado?

-El programa de gobierno que nos fijamos para esta legislatura era muy ambicioso, pero creo que vamos a llegar al final de ella con la mayor parte de los objetivos que nos habíamos propuesto cumplidos. Es una preocupación nuestra desde el principio y además, es consecuencia de una petición expresa que nos hizo el lehendakari al principio de la legislatura, atender a los sectores creativos, a aquellos agentes o pequeñas empresas o grupos que promueven la creación y producción de estos contenidos. Ha sido un esfuerzo que se ha desplegado en todos los ámbitos de la cultura, desde la literatura, el cine, a las artes plásticas, la danza... Que nos ha llevado a estar muy cerca de todos estos agentes que dedican su esfuerzo a crear cultura para los demás.

El presupuesto de 2020 incide en la apuesta por reforzar el Sistema Vasco del Arte...

-Este mandato se inició en 2016 y creo que, si hacemos un repaso a la legislatura, se han tomado decisiones que son muy importantes para consolidar el Sistema Vasco del Arte y para proyectarlo hacia el futuro. Los hitos de 2019 han sido la decisión de ampliar el Bellas Artes de Bilbao y en el caso del Guggenheim, retomar por parte de la Diputación de Bizkaia y del Gobierno Vasco el compromiso de hacer aportaciones económicas para comprar obra. Otro hecho destacable es el compromiso con Artium, con el objetivo de lograr que sea y sea visto como el museo de arte vasco contemporáneo y en ese sentido en 2020 se destinará 1,3 millones, 500.000 euros más que el año pasado. Además, era un reto para esta legislatura, en colaboración con la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián, darle un empujón a Tabakalera, que también verá incrementada su aportación, en este caso, en 463.000 euros, superando los dos millones de euros. Creo que con la nueva dirección general y con la puesta en marcha de los nuevos programas culturales y expositivos se ha dado un paso importante en esa dirección. Hemos tenido además la fortuna de que la familia Chillida haya encontrado una solución para la reapertura de Chillida Leku. Junto a estas instituciones museísticas, hay una red muy densa de creadores individuales que trabajan y realizan una labor fantástica y que cada vez van a tener un mayor reconocimiento internacional.

El Departamento destinará al Guggenheim Bilbao un millón y medio más que durante 2019.

-Además de la aportación ordinaria del Gobierno Vasco al Museo, se destinarán 1,5 millones a la compra de obra, que ahora habrá que retomar. Es fundamental para completar la colección propia del museo y como semilla de la que surgirán exposiciones importantes en los próximos años. Quiero destacar también la gestión que Juan Ignacio Vidarte y su equipo han desarrollado en el museo. Han sido años en los que las aportaciones económicas de las instituciones no han crecido. Ese mayor esfuerzo que les hemos pedido ha conseguido unos resultados positivos desde todos los puntos de vista, visitantes, nivel de autofinanciación... En el presupuesto de 2020 conseguimos equiparar las aportaciones de Diputación y Gobierno Vasco al museo.

¿Habrá ampliación del Guggenheim Bilbao en un futuro próximo?

-No se ha tomado aún ninguna decisión. Voy a insistir, cualquier decisión que se tome sobre nuestras instituciones culturales tiene que responder a una visión de conjunto. Creo que es esa visión general la que tiene que justificar una decisión.

Entre los objetivos del Departamento han manifestado la apuesta por dar mayor visibilidad a las mujeres creadoras...

-Ha sido una tarea importante para, en primer lugar, identificar la presencia femenina en todos los ámbitos culturales, para intentar visualizarla y eso ha llevado a que casi todas las instituciones y grupos culturales hayan asumido un compromiso de visualización, adquisición, exposición de obras creadas por mujeres... En el presupuesto hemos incorporado propuestas que nos había hecho Elkarrekin Podemos. La sociedad vasca tiene el reto de avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres y la cultura tiene también mucho que decir en ese sentido.

En política lingüística ha destacado la gratuidad en la enseñanza del euskera hasta el nivel B2.

-Va a suponer un esfuerzo importante y va a permitir que todo el que quiera y se esfuerce pueda, de forma gratuita, llegar a comunicarse en euskera en un buen nivel. Esta gratuidad está ligada al esfuerzo que debe hacer el ciudadano o ciudadana que reciba esa ayuda económica para demostrar que ha utilizado bien su tiempo y ha aprovechado bien las posibilidades que se le han ofrecido.

Otro de los proyectos es la segunda edición de Euskaraldia. ¿Ha empezado ya a calentar motores?

-Se celebrará entre el 20 de noviembre al 4 de diciembre de 2020. Se pretende reeditar la buena respuesta que tuvo la primera edición, que permitió la movilización de más de 200.000 personas. Queremos reeditar ese nivel de implicación y compromiso y llevarlo más allá del nivel personal, que además del compromiso de los hombres y mujeres que hacen una apuesta por utilizar más el euskera, seamos capaces también de definir e identificar aquellos espacios en los que la ocupación en euskera se pueda definir de forma natural.

¿Cómo valora la oferta cultural en Euskadi?

-Constato que es amplísima y además hay algo de lo que se habla muy poco y me parece muy importante. Aproximadamente un tercio de los vascos y vascas además de consumir cultura la practicamos en talleres, en grupos de danza, en coros, creando artesanía... Es una cifra que también habla de la salud cultural de nuestra comu nidad autónoma; que uno de cada tres vascos o vascas practique alguna actividad cultural me parece algo extraordinariamente más que remarcable.