sitges (barcelona) - El terror retorna al Valle del Baztan en Legado en los huesos, la segunda entrega de la trilogía basada en las novelas de Dolores Redondo, que vuelve a protagonizar Marta Etura, en el papel de una inspectora Amaia Salazar “mas fuerte, porque ha tenido un hijo y eso le ha hecho crecer”, según la actriz.
Etura es la gran protagonista de este thriller oscuro; pero no está sola en su aventura, sino que la acompaña el bebé que acaba de tener y que se verá implicado desde su más tierna infancia en la lucha contra el mal que capitanea su madre. También siguen a su lado el fiel compañero de patrulla policial que interpreta Carlos Librado, Nene, y el eficiente inspector Montes, que interpreta Francesc Orella y que en esta segunda parte ha aprendido a respetar a su jefa.
Además, en Legado en los huesos, la popular investigadora de la Policía Foral de Navarra se cruzará en su camino con nuevos personajes, como el cortés y educado juez que interpreta Leonardo Sbaraglia y el inquietante sacerdote al que da vida Imanol Arias.
Legado en los huesos es un thriller, igual que la anterior El guardián invisible, pero “menos convencional y con más elementos de misterio, de magia y de drama”, señaló el director Fernando González Molina en la presentación del filme en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. “El componente emocional es más fuerte -añadió Marta Etura-, porque al tener un hijo, la inspectora de policía que interpreto ha crecido emocionalmente”.
En los primeros planos de la película, la protagonista se pone de parto cuando un asesino que se está siendo juzgado se suicida frente a sus narices y deja una nota dirigida a ella. Cuando la jefa de policía se reincorpora al trabajo, el caso que se abrió con ese suicidio la llevará de vuelta a su comarca natal y la arrastrará en una investigación compleja, que la absorberá más de lo esperado.
Mientras ella intenta entender el entramado de asesinatos, su marido será en encargado de cuidar del hijo de ambos, en una distribución de papeles poco común hasta ahora en el cine pero que, según la actriz, “no es más que un reflejo de lo que pasa en la sociedad, donde cada vez más, las mujeres trabajan y los hombres cuidan a los hijos”.
De todas maneras, Etura reconoció que todavía tienen que cambiar muchas cosas porque “no son habituales los personajes protagonistas femeninos” y se siente muy afortunada de dar vida esta heroína, con la que ya ha rodado tres películas: El guardián invisible, que fue vista en cine por más de 600.000 espectadores en España; Legado en los huesos, que se preestrena en Sitges; y Ofrenda a la tormenta, que no se podrá ver hasta el 3 de abril de 2020.
sorteando dificultades Los productores de la trilogía explicaron ayer que decidieron rodar la segunda y la tercera entrega a la vez porque resultaba más rentable, especialmente teniendo en cuenta las dificultades de producción de esta segunda parte.
Una de estas dificultades es el papel protagonista de la lluvia, que va calando cada vez mas según avanza el metraje, incrementando la sensación de presión, hasta llegar a las inundaciones finales, que coinciden con el clímax narrativo.
Además hay varias persecuciones y un par de espectaculares caídas que han requerido de especialistas y que han complicado técnicamente el trabajo. “Pero lo más difícil -aseguró el director- ha sido rodar durante 19 semanas seguidas y mantener la tensión siempre alta para que todo el equipo diera lo mejor de si mismo”.
Una dificultad especialmente evidente en el caso de la protagonista, que está presente en el 90% de los planos de la película y que pasa por estados emocionales muy intensos. Los productores se mostraron en la cita en Sitges muy satisfechos del resultado y anunciaron que ya han vendido los derechos a Netflix, tal como pasó con la primera entrega, que se ha visto en todo el mundo a través de la plataforma y tiene seguidores en los países más insospechados.