más cercanas que la Royal Shakespeare Company, el Ballet Jazz Montreal o la Jan Lauwers NeedCompany, las compañías vascas también pueden sacar pecho desde hace años de su potencial internacional, con premios y representaciones por medio mundo mientras, como suele suceder en estos casos, no siempre obtienen dentro el mismo reconocimiento que se les brinda fuera. Para poner en valor las propuestas nacidas en Euskadi, el Festival Internacional de Teatro de Vitoria, que el 3 de octubre da el pistoletazo de salida a su cuadragésimo cuarta edición, ha apostado por programar 13 producciones vascas de las 33 propuestas que integra el certamen.

Ayer, representantes de la mayor parte de las compañías vascas presentaron las obras con las que llegan a esta nueva edición de un festival que, sin ir más lejos, se inaugurará el 3 de octubre con el estreno de la obra Quitamiedos, a cargo de la compañía Kulunka Teatro, fundada en Euskadi en 2010. Como avanzó Rocío Pindado, representante de la compañía, la pieza, dirigida por el vitoriano Iñaki Rikarte, narra la muerte de un hombre tras un accidente y las cuestiones trascendentales que, con tanta poesía como humor, deberá hacer frente.

Por orden cronológico, y cambiando de escenario, el depósito de aguas del centro cultural Montehermoso será escenario por segundo año consecutivo de una representación, en este caso con la obra La Viga, de Carmen San Esteban, un “thriller psicológico” en el que, en el marco de una distopía, se narra el encierro de cuatro personas en el que todo es susceptible de duda. Con un aforo máximo de un centenar de personas, será sin duda una de las propuestas en la que antes volarán las entradas.

El 17 de octubre será el turno de otra compañía asentada en la capital alavesa, Proyecto Larrua, que estrenará su pieza Otsoa, un aullido onírico coreografiado en torno a la figura de una actriz (Begoña Martín) como líder de la manada. A medio camino entre la danza y el teatro, Aritz López y Jordi Vilaseca subrayaron la importancia de que la danza contemporánea tenga una presencia importante en el festival vitoriano, para demostrar que a nivel local existe calidad tanto en teatro pero sobre todo en la danza, “donde a veces es complicado que te tomen en serio”.

Un día después, el 18 de octubre, Sleepwalk Collective arrancará una minigira estatal en Vitoria para representar el final de su trilogía escénica sobre las hermanas Kardashian. Tres eran las hermanas de la obra de Antón Chéjov, que inspiró la segunda parte del tríptico (Khloé, una obra dramática) tras la primera, un ballet (Kim), dejando paso ahora al cierre (Kourtney), en forma de opera clásica y colofón visual y sonoro que ha sido nominado a los premios OFF West End en Londres. Una propuesta atrevida que se desarrollará en el teatro Jesús Ibáñez de Matauco (centro cívico Hegoalde), antes de continuar en Donostia y Madrid y esperar a que Sleepwalk Collective decida, quién sabe, si expandir su universo con el resto de la familia, ya sea Kendall, Kylie, Kris o Caitlyn.

El 22 de octubre en euskera y un día después en castellano, Tanttaka traslada al escenario la adaptación de la novela Deje su mensaje después de la señal, donde cuatro mujeres con historias muy diferentes registran en los contestadores automáticos de otros tantos hombres -exmaridos, hijos, padres y psicólogos- las vicisitudes que no quieren, o no pueden, confesar cara a cara. Dentro de los espectáculos en familia, el 10 de noviembre otra compañía vasca, Gorakada, pondrá sobre las tablas su “reinterpretación”, según Maite López, del clásico Pinocchio, en euskera y con una edad recomendada a partir de 7 años.

El 19 de noviembre vuelve la heroína. Zaldi Urdina (Caballo azul) es la sustancia de moda en una Euskadi en la que la policía busca al sospechoso de su trapicheo tras la muerte de un joven en un festival techno.

Dentro de la sección Off Lokal, en la que los asistentes son citados en el centro cívico de Judizmendi y desde allí trasladados a otro lugar sorpresa para la representación, se desarrollarán las obras El mono habitado, de Gizaunka; Ruta 1492, de Zurrunka Teatro; y En el interior de Netsaj, de Amaia Garrosa. Tres propuestas pequeñas pero tan atractivas como algunas del programa principal. Por último, el Proyecto Bebés, y en el Federico García Lorca (centro cívico Lakua) propone cuatro piezas destinadas a txikis de entre 1 y 3 años, entre ellas una representación de Nomadak, de Teatro Paraíso, encargados también de programar el resto de propuestas con “pintura, danza, música y teatro”, subrayó Pilar López, como Uno, due, tre de los transalpinos Dramatico Vegetale.

Compañías vascas. De las 33 propuestas programadas en la que será la cuadragésimo cuarta entrega del Festival Internacional de Teatro de Vitoria, trece de ellas son producciones a cargo de compañías vascas.

Estreno. El certamen se inaugurará el 3 de octubre precisamente con el estreno de la obra Quitamiedos, a cargo de la compañía Kulunka Teatro, fundada en Euskadi en 2010. La pieza, dirigida por el vitoriano Iñaki Rikarte, narra la muerte de un hombre tras un accidente y las cuestiones trascendentales que, con tanta poesía como humor, deberá hacer frente.

‘Otsoa’. El 17 de octubre será el turno del estreno de otra compañía vasca, asentada en la capital alavesa, Proyecto Larrua. Estrenará su pieza Otsoa, coreografiada en torno a la figura de una actriz (Begoña Martín) con la danza como base pero con una alta dosis de representación teatral.

‘La Viga’. El depósito de aguas del centro cultural Montehermoso será escenario por segundo año consecutivo de una representación, en este caso con la obra La Viga, de Carmen San Esteban, un “thriller psicológico” que se desarrolla en un escenario con aforo limitado a un centenar de personas.

Kourtney Kardashian. Sleepwalk Collective cierra la trilogía sobre las famosas hermanas con una ópera en el teatro Jesús Ibañez de Matauco.