Vitoria - Cada día a las 20.00 horas toca empezar de nuevo. El público ya está sentado y espera en el escenario de la calle Pintorería a que El perro del hortelano cobre vida ante sus ojos. Como siempre en Ortzai, el espectador es recibido con cercanía. También despedido con la misma amabilidad y el elenco a pie de calle. Pero no hay tiempo para el respiro. La versión del grupo gasteiztarra sobre el clásico de Lope de Vega volverá mañana a representarse. De nuevo a las 20.00 horas. No hay descanso. Nuevas caras tienen que situarse ante los intérpretes, aunque también hay unas cuantas que repiten. La comedia es adictiva, ya se sabe. Y así hasta el 4 de septiembre. Sin parar pero cada jornada con la misma frescura, ilusión y trabajo.

En una capital alavesa que parece languidecer en lo cultural hasta la extenuación en estas semanas de agosto, pocas, casi únicas, son las excepciones que consiguen romper la barrera. Se pueden contar con los dedos de la mano. Pero la compañía fundada y dirigida por Iker Ortiz de Zárate lleva años -casi una década ya- queriendo ser no ya solo un oasis en el desierto, sino una cita ineludible con un teatro de calidad con sello propio. Ahí está la base del ciclo anual Clásicos de Verano, una apuesta pensada tanto para quienes se quedan en la ciudad durante este mes y quienes visitan Vitoria, cada vez más personas en un caso y en el otro.

Algo más de una hora antes de que inicie la función, mientras en el exterior el público va guardando la respetuosa fila para poder entrar, el elenco que este año da vida a El perro del hortelano no falla a esa rutina diaria y sin embargo cada jornada diferente que supone prepararse por fuera, y también por dentro, para salir al escenario. El maquillaje, el vestuario, las últimas indicaciones... todo se hace al mismo tiempo conformando una liturgia que el espectador nunca ve pero que no deja de ser un espectáculo en sí misma. Y aunque se hace con tiempo y los gestos y acciones se vienen repitiendo desde el pasado día 10, el reloj avanza volando, haciendo que las prisas se conviertan en otro elemento indispensable. Es la magia de la actuación en directo. Aquí no hay tomas falsas ni posibilidad de parar y volver a repetir.

Patricia Carlos de Vergara, Silvia Martínez Tazo, Teresa Ibáñez, Eric Ruiz de Loizaga, Patricia Sáez Romero, Amaia Cid, Asier Santiago, Jon Haran Cañaveras, Eduardo Suso, Aintzane Rodríguez, Carlos Larrea, Paquita Quincoces, Victoria Aparicio, Josu Larrea y el propio Ortiz de Zárate son los encargados de encontrarse con el público para transportarle a una ficción que no deja de hablar de la realidad, a una obra en la que la comedia no es sólo una invitación a la risa sino también a la reflexión sobre algunos de esos males que el ser humano se empeña en llevar consigo a pesar del paso del tiempo. Actores y actrices que tras despedir a los espectadores de ayer ya tienen puesta la vista en los que vendrán hoy. Un día más, a las 20.00 horas toca empezar de nuevo.