Londres - Mark Knopfler cumple hoy 70 años haciendo gala de su talento como compositor y su singular estilo como guitarrista, un sello inconfundible que le lanzó a la fama en los 80 al frente de Dire Straits.
Knopfler, nacido en Glasgow (Reino Unido), llegó al rock tras haber flirteado con el folk y con un bagaje de guitarrista ecléctico, admirador de la leyenda del country Chet Atkins, con quien compartía la inusual costumbre de tocar con los dedos, sin púa. Temas de Dire Straits como Sultans of Swing, Money for Nothing y Tunnel of Love forman ya parte de la historia del rock, gracias a la habilidad de Knopfler para componer piezas con un sonido distinto a cualquiera de las bandas de aquella época.
A pesar de los éxitos y el reconocimiento como músico, el escocés, que ha publicado diez álbumes en solitario desde que se disolvió el grupo, en 1995, siempre ha rechazado la etiqueta de virtuoso cuando se la han colocado. “Me gustaría aprender a tocar mejor la guitarra, que me enseñaran a hacer cosas distintas a las que hago”, dijo en una entrevista con Efe al inicio de su actual gira. Todavía incansable, Knopfler ha vuelto a salir a la carretera con un tour en el que desgrana parte de su último álbum, Down the road wherever (2018). Siempre deja hueco, sin embargo, para algunos de los temas antiguos que el público le reclama una y otra vez. “Son importantes para la vida de la gente, les recuerdan a su infancia, a lo que hacían cuando eran jóvenes, donde solían ir, las cosas que solían hacer. Es muy especial”, declaró.
Tras numerosos conciertos en los últimos meses, el músico tiene programados recitales en Estados Unidos prácticamente todos los días desde el 16 de agosto hasta el 25 de septiembre. A pesar de su buen estado de forma, anunció durante el primer concierto del tour en Barcelona, en abril, que sería el último. “Es una bonita manera de decir adiós”, afirmó durante un recital en el que repitió en diversas ocasiones que se siente “viejo”.
Knopfler, que de joven fue profesor de inglés y periodista en el Yorkshire Evening Post, fijó su destino como músico cuando formó Dire Straits junto a su hermano David, Pick Withers y John Illsley, en 1977. Un año después sacaron al mercado su primer disco, con el mismo nombre del grupo, y lograron el éxito en el mercado anglosajón. En la cara B de ese trabajo se encontraba uno de los temas que continúa tocando con 70 años, Sultans of Swing”. Después llegaron Love over gold (1982), Extended dance play (1983), Alchemy (1984) y, finalmente, el salto al estrellato mundial con Brother in arms (1985) y Money for nothing, en 1988.
En los noventa, la formación original cambió y dio paso a nuevos guitarristas, batería y teclado. Con la nueva formación publicó On every street (1991) y On the night (1992).
El talento de Knopfler para componer éxitos y su particular habilidad con las seis cuerdas llevó a numerosos músicos a contar con él en grabaciones y actuaciones en directo. Ha colaborado con Eric Clapton, Bob Dylan y Van Morrison, entre otros, y grabó también un disco con uno de sus ídolos, Chet Atkins, Neck and Neck (1990).
El guitarrista fue poco a poco separándose del sonido que había cultivado con Dire Straits y, con los años, fue incorporando complejidad a sus grabaciones con sonidos country, folk, soul y blues. Su larga trayectoria le ha valido numerosos galardones, entre ellos premios Brit y Grammys, pero también reconocimientos menos convencionales como un doctorado honorario en Música por la Universidad de Sunderland (Reino Unido). En 1999, la reina de Inglaterra, Isabel II, reconoció sus méritos al nombrarlo miembro de la exclusiva Orden del Imperio Británico.