Artium inaugura hoy dos exposiciones: NOS[ YO ]OTROS de Juan Carlos Meana y De lo perdido y lo recuperado de Javier Hernández Landazabal. Ambos artistas, nacidos en Gasteiz. De aquellas y de ellos, hablaremos en otra ocasión. Hoy, nos visitará en esta columna un tercer personaje de ese futuro relato: Daniel Castillejo, el anterior director de Artium, pues las citadas muestras han sido programadas por él. Muestras que son notas de la partitura del canto de cisne de Castillejo, responsable máximo del buque insignia de la cultura de nuestro territorio durante una década y hasta el pasado año. Y digo “son parte”, porque a lo largo de 2019, aún asistiremos a otras iniciativas planteadas por Castillejo en su pasado rol de director.
Estas dos exposiciones ejemplifican un lema relevante de la filosofía programática del ex director: “piensa globalmente, actúa localmente”. Durante los diez años que Castillejo tripuló Artium, éste mostró interés en el trabajo que realizaban ciertos artistas cercanos. Obviamente, no sólo porque en su carné de identidad apareciera Vitoria-Gasteiz como su ciudad natal, sino porque pensaba que un museo tiene que mirar a su alrededor, a su ciudad, a sus vecinos, a sus agentes culturales y a sus artistas. Asumiendo así que el arte contemporáneo no deja de ser per se local. Es decir: un artista que trabaja en New York, por ejemplo, es un artista local para los neoyorkinos. Pues el emisor, el creador, siempre emite desde una localidad y tiñe su labor de ella, aunque el mensaje, lo que transmite, puede ser universal. Para ilustrar ese “piensa global, actúa local” se suele mencionar a un filósofo universal: Kant. Este pensador nació en una ciudad de Prusia Oriental, hoy perteneciente a Rusia, de la que nunca se alejó más de dieciséis kilómetros. Hoy en día, dos siglos después de su muerte, este filósofo local, sigue teniendo una enorme influencia en la filosofía actual. En Artium, al tiempo que durante una década se proyectaba desde él una mirada internacional, también se posaba ésta sobre los autores cercanos de pensamiento universal, contemporáneo. Que un centro de arte contemporáneo mire hacia sus habitantes, sus agentes culturales, es fundamental para la comunidad en la que desarrolla su labor. Es más, representantes de su ciudadanía deberían de tener voz en los organismos de gestión de los centros culturales para velar porque éstas generen realmente comunidad y no sean cotos privados. En ese sentido las Juntas Generales de Álava, hace ya un año, aprobaban una moción que tendrá algún día que cumplirse y que deja claro que esa preocupación de Castillejo es también la de nuestro territorio: “Las Juntas Generales de Araba instan a la Diputación Foral de Araba y al Patronato de la Fundación Artium, tal y como se indica en el Código de Buenas Prácticas, a alentar y atenderla creación de un contexto artístico local, impulsando la colaboración con el entorno social y cultural y la generación de comunidad”.